
En la previa del partido entre dos históricos como el Deportivo y el Cádiz, cobraron importancia unas declaraciones del técnico blanquiazul, Óscar Gilsanz, marcando como objetivo el ascenso a Primera, incluso animando a sus jugadores para «engancharse» a la posibilidad del play off. Bajo mi opinión, aunque poco matizadas, eran palabras buscando la reacción de un equipo que había tenido ante sí la posibilidad de luchar por cotas mayores hasta en tres ocasiones en los últimos meses: frente al Eldense, ante el Córdoba y contra el Castellón, fallando en todas.
Enfrente, este domingo, un equipo que por nombres podría decirse de Primera División y un viejo conocido como entrenador, Gaizka Garitano. El Deportivo de Óscar Gilsanz siguió fiel a su 1-4-3-3 asimétrico, con la novedad de Pablo Martínez en lugar de Dani Barcia. El partido transcurría con el cuadro blanquiazul incapaz de superar una línea de presión alta gaditana, que invitaba directamente a jugar con los laterales dificultando la recepción de los jugadores diferenciales deportivistas en sus cortes hacia el carril central.
Y es que, quitando a Mella-Yeremay, pasan pocas «cosas» con la posesión blanquiazul. Tras el descanso, el técnico betanceiro identificó el problema dando libertad a Petxarroman por dentro intentando hacer llegar el balón a David Mella más asiduamente, no así en un perfil izquierdo atascado con Yeremay, sobremarcado en todas sus recepciones y un Tosic poco prodigado en ataque posicional.
Por aquel entonces, el Deportivo comenzó a hacerse con el dominio sobre un partido muy táctico e igualado, que acabó con Mario Soriano facturando un buen gol desde fuera del área que resultó al final decisivo.
Quizás sea difícil de valorar tras pasar de titular a jugar (demasiados) pocos minutos, pero en un contexto de partido cerrado, Barbero aporta en duelos y juego aéreo como ningún otro delantero de la plantilla. Todo acabó bien, el «recado» de Gilsanz a los jugadores surtió efecto y, por fin, el equipo salió airoso de un duelo para mirar hacia ese lugar que señaló el técnico herculino esta misma semana. Sigamos con ilusión, sin olvidar la cautela.