Un invitado con dos acompañantes

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Yeremay fue el único de los jóvenes que formó de inicio en la puesta de largo de un Imanol Idiakez que en los últimos minutos dio entrada a Mella y Ochoa

27 ago 2023 . Actualizado a las 00:01 h.

En una temporada en la que, después del descalabro del final de la anterior en Castellón, la afición se había ilusionado con que la cantera cobrara protagonismo, el primer encuentro del ejercicio apenas sirvió para mantener el nivel de los últimos encuentros del pasado.

Lejos de echar el resto en una apuesta decidida por la factoría de Abegondo, Imanol Idiákez apenas invitó a su puesta de largo a Yeremay Hernández, al que Rubén de la Barrera había rescatado del ostracismo y dado galones. El canario pudo participar en el estreno blanquiazul con dos acompañantes, Mella y Martín Ochoa, a los que el técnico vasco sacó en los minutos finales, en un intento desesperado por buscar el gol que se le resistió durante todo el partido, con la excepción del anulado a Lucas.

Y los que salieron, en mayor o menor medida, cumplieron. Yeremay, con creces. Mella, dejando una clara esperanza. Y Martín Ochoa, sin tiempo para nada más que intentar transformar en victoria una pifia de otro neófito, Dani Martín, el portero de solo 17 años del Rayo que brilló con luz propia.

Así que el que más disfrutó e hizo disfrutar fue el joven ratón canario que se convirtió en un quebradero de cabeza para los defensas madrileños. Peke, al igual que haría después Mella, puso intención en todos los balones que tocó. Del primero al último. Buscó el desequilibrio por la banda izquierda. Se compenetró a las mil maravillas con Lucas. Su asociación parece que lleva años sustentándose. Se fue hacia en las escasas ocasiones en las que Balenziaga apostó por subir la banda. Y asistió. Pero no encontró nadie que le agradeciera su exquisitez rematando a gol sus balones.

El proceso de maduración que ha experimentado Yeremay es significativo y se traduce en un jugador mucho más completo y que no tiene problema en esprintar treinta metros para cortar un balón, incluso cuando el partido parece que se le va a hacer largo y se aproxima al minuto noventa. Y eso sin dejar a un lado el descaro y atrevimiento que lo hacen diferente. Tanto, que incluso empezó ejecutando los lanzamientos de esquina desde la izquierda, aunque finalmente fuera Lucas el que lo hiciese desde ambos lados.

Muchos ingredientes los que puso en el campo Yeremay, obviamente con unos cuantos errores —«Le falta jugar, jugar muchos partidos, equivocarse muchas veces. Que haya días malos, que no le salga nada… es un chico muy joven», advirtió su entrenador en rueda de prensa—, pero que no ensombrecieron su actuación.

Así brilló por encima de los dos acompañantes que le permitió tener Idiákez. Mella, que también se le vio una clara intención desde el primer balón que controló, buscando el desmarque en un saque de banda; a Martín Ochoa, con apenas el tiempo añadido para buscar su ocasión.

Tres canteranos de catorce futbolistas en un Dépor en el que su afición ansía por ver un estallido de Abegondo en Riazor.