Sumar para el Dépor sin tocar balón

TORRE DE MARATHÓN

Diego Aguirre controla el balón durante un entrenamiento del Deportivo
Diego Aguirre controla el balón durante un entrenamiento del Deportivo CESAR QUIAN

El líder cuenta con un grupo de futbolistas que no alcanzan los 200 minutos de juego cuyo papel está resultando clave pese a estar habituados a la titularidad

19 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el balón repelido por Mackay cae en los pies de Budimir, varios jugadores del Dépor asisten a un breve proceso de liquidación. El momento pilla especialmente cerca a Trigueros, que levanta la mano mientras corre sin esperanzas hacia el delantero bosnio, y un poco más lejos a Aguirre, quien rompe el fuera de juego reclamado al trote por el central. Son los principales damnificados por el segundo gol de Osasuna, junto a Josep Calavera (víctima del caño de Ontiveros en el que arranca el 1-2) y a Juan Carlos Menudo, receptor del mensaje más claro en la despedida de la Copa del Rey.

Se trata de los cuatro futbolistas menos rodados del conjunto blanquiazul. Ninguno alcanza los 200 minutos en Liga esta campaña y solo Trigueros ha disputado más del 10 % del tiempo de competición. Aunque sus situaciones poco tienen en común a nivel individual, sí coinciden en lo colectivo: representan la parte silenciosa del éxito en el conjunto coruñés. No hay rueda de prensa en la que se escapen a la mención de su entrenador. A cambio de regatearles minutos, Borja Jiménez los menciona reiteradamente como factor clave para garantizar la armonía en el vestuario y un aliciente extra fuera de él. «Es fundamental no perder la competencia entre nosotros», sostenía el míster en su primera intervención del 2022, para pregonar a continuación su imparcialidad: «No me caso con nadie, trato de ser justo, es la única manera de que el jugador crea en el entrenador».

Aunque la fe en el técnico no sea absoluta —es imposible la felicidad completa en un grupo de 23—, sí es indiscutible la armonía en el plantel. Contribuye el liderato, porque la victoria es el mayor generador de estabilidad, pero también la experiencia reciente del propio Borja en casetas difíciles de gobernar y, especialmente, la actitud de quienes siguen esperando la vez.

Hace un par de semanas, Pablo Trigueros aseguraba no sentirse suplente de ningún compañero y hacía suyo el mensaje: «Si el que no está jugando no aprieta al titular, este se relajaría y no se conseguiría el objetivo». Lleva solo dos partidos como titular en una temporada que arrancó como firme candidato a plaza fija en el once. Le avalaba su pasado con Borja Jiménez en el Rápido de Bouzas y su protagonismo habitual a partir de ahí. Fijo en la Ponferradina del ascenso y también con los bercianos en Segunda, fue indiscutible en el primer tramo de la pasada campaña con el Mirandés. Los antecedentes no han bastado de momento y cuando Lapeña cedió su plaza por acumulación de tarjetas fue Granero quien la recibió.

Al menos dobla en titularidades a otros dos jugadores que se mudaron al Deportivo con ambición de protagonismo. Diego Aguirre y Juan Carlos Menudo comparten procedencia, quinta, y hasta banda, en un conjunto en el que el puesto de enganche no es habitual. También una única presencia en el once inicial y en torno a 150 minutos de juego en Primera RFEF. Ahí concluyen las similitudes. Las diferencias las marcan las perspectivas y la situación contractual.

Aguirre tiene un competidor único en lo que parecía un pulso de igual a igual. Sin embargo, el peso ganado por Héctor tras la reestructuración le dio una ventaja que supo aprovechar. Cinco asistencias después, no hay quien desplace al Litri, pese a que la alternativa rindiera sobrado tanto en Copa como en Majadahonda, hace dos meses ya. El portador del 18 solo vivió una situación similar en Zaragoza, desapareciendo de los planes del míster cuando Víctor Fernández asumió la función. Por delante, medio año de contrato para rendir al nivel exhibido en Soria, que en el Dépor solo ha podido insinuar. No ha bajado los brazos, es un ejemplo de actitud sobre el césped de Abegondo, y si su situación da un vuelco quizá aún pueda alcanzar el número de partidos que garantice su ampliación.

La continuidad de Menudo está recogida en contrato y coincide con su voluntad, pero sus condiciones no casan con el plan. Si Borja niega estarle dando un trato distinto, la ausencia frente al Osasuna y en el once de la pachanga en Ponferrada desmienten al entrenador. Tiene la vida hecha en A Coruña, lo que limita la movilidad al buscar destino, pero los equipos del grupo 1 le están vetados de momento para la cesión. Pese a no ser el jugador más feliz del vestuario, si se queda garantiza entrega; y si se va, será con la idea de volver.

A Josep Calavera (48 minutos, todos como suplente) le asiste la edad. Es sub-23, lo que invita a retenerlo pese a la competencia. Se cuenta, además, entre los que suma sin necesidad de saltar al campo. Factor clave en la construcción de un campeón.