El látigo de Alberto Benito

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El nuevo lateral derecho del Deportivo destaca por su velocidad y constancia para subir y bajar la banda, así como el daño que inflige por sorpresa al rival

22 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La mejor defensa de Alberto Benito (Tarragona, 1992) es un buen ataque. Al nuevo lateral derecho del Deportivo le ampara su carácter ofensivo, esa insistencia por recorrer la banda y castigar al adversario como más le duele: en velocidad y por sorpresa. Tras ascender a Segunda División con el Reus en el 2016, acceder a un Zaragoza que lleva años soñando con volver a Primera y ser perseguido por las lesiones en su etapa en el Albacete, este futbolista regresa a la tercera categoría para reimpulsarse de la mano de un Dépor que se había quedado cojo en su demarcación tras la salida de Bóveda.

Las cualidades de Benito se parecen tanto a las del vasco como un huevo a una castaña, pues el catalán dispone de más rasgos en común con David Simón, por citar a otro lateral derecho con pasado reciente en A Coruña, que con el veterano defensa vasco. Los últimos tiempos del nuevo jugador blanquiazul emborronaron su trayectoria, pues llegó al club del estadio Carlos Belmonte como referencia, pero ni su rendimiento individual ni tampoco el colectivo alcanzaron la altura esperada.

En la recta final de la pasada temporada, cometió dos penaltis seguidos (al Almería por unas manos y al Huesca por un tímido agarrón), cuando el equipo manchego se complicó la permanencia hasta la última jornada. Lo cierto es que combinaba las virtudes y los defectos de su fútbol. A la semana siguiente de aquellos, a domicilio contra el Racing de Santander de Borja Galán, Benito se vio desbordado por Manu Hernando, quien sirvió en bandeja el gol al exdeportivista. Minutos después, el propio lateral derecho del Albacete gestó la jugada del empate con una cabalgada hasta el mismo banderín de córner. Lucas Alcaraz, su entrenador de entonces, habla de él como «un lateral atrevido y diferente, que genera peligro por talento e imaginación». Y al respecto de las lesiones que ha padecido últimamente, matiza: «Con nosotros se lesionó por la densidad de partidos, porque jugábamos cada tres días en aquella Liga del confinamiento, pero no disponía de un índice lesional alto. Él es bastante delgado y tirillas, pero aguanta bien». Y añade: «Él, además, tiene una cualidad que en julio no se valora mucho, pero que al final de temporada es oro, y es que cuando hay 30.000 personas en la grada y muchos periódicos y muchas radios pendientes, él tiene la personalidad que demanda un equipo así».

Ya en el último curso, el más reciente disputado, se pasó muchos partidos fuera del equipo (jugó 23 de 38 jornadas, 17 como titular), lo que quizá le privó de alcanzar el rendimiento físico óptimo. Uno de estos entrenadores fue Aritz López Garai, quien primero había sido compañero de vestuario en aquella etapa en el Reus. «Es un jugador importante, capaz de desnivelar partidos por esa potencia que tiene. Al mismo tiempo, sus esfuerzos son muy explosivos, y muscularmente tiene que estar bien cuidado, aunque también hay que decir que tiene un físico privilegiado y normalmente se recupera rápido», recuerda. En el plano personal, el que también fue jugador del Celta, entre otros, describe a Alberto Benito como una persona «muy divertida, muy cercana, que genera buen ambiente en el vestuario».

Protagonista en ataque y defensa

La presencia de Alberto Benito no pasó desapercibida en los tres partidos en que se ha enfrentado al Deportivo entre el 2018 y el 2020. Con el Zaragoza en Riazor sufrió un claro penalti no señalado, cuando se colaba en el área y fue emparedado entre Caballo y Borja Valle. Luego el Dépor doblegó al cuadro maño por un claro 3-1. A la temporada siguiente, con Benito en las filas del Albacete, se llevó el triunfo de A Coruña (0-1) tras aquella mano de David Simón que señaló el VAR. En aquel partido, el nuevo jugador del Dépor participó en una acción en la que Mollejo le ganó por alto y, luego, el deportivista hizo falta para marcar. En la segunda vuelta el Dépor ganó en el Belmonte, y el lateral marró una clara ocasión en un remate a bocajarro que Dani Giménez despejó.