Bergantiños, el equilibrio del Dépor en las crisis

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Las sucesivas crisis han llamado a filas al esforzado capitán, que no siempre evitó desastres, pero con el que su equipo siempre ha vuelto a carburar

19 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Su carácter no es el más tranquilo, nadie le ha considerado el mejor técnicamente, ni en el vestuario ha actuado nunca como cabecilla de nada, pero, uno a uno, todos los entrenadores del Deportivo en las siete últimas temporadas se acuerdan de Álex Bergantiños cuando truena. Y el capitán, todo constancia, tenacidad y amor a los colores, ha dado siempre un paso al frente.

En la cadena de errores que ha ido empujando al Deportivo desde Primera hasta Segunda B, el capitán ha protagonizado desde el campo los instantes de esperanza y aquellos en que la remontada se ha convertido en oportunidad real. Como ahora. En las filas del peor Dépor, el canterano ha regresado al once no solo para frenar la sangría de goles encajados, sino también para ordenar el tráfico de su equipo, reequilibrarlo y originar el talento ofensivo de sus compañeros, apenas mostrado hasta ahora.

La leyenda de Álex Bergantiños no arrancó en Vigo, ni contra el Celta B, pero la reacción que su presencia en el campo ha representado para el Dépor en las últimas temporadas quedó perfectamente retratada el domingo. En el 0-1, el Koeman coruñés interceptó un ataque rival y metió un pase a Keko para que este pusiese el centro en la cabeza de Miku. La acción se repitió en el 0-2, aunque esta vez su pase filtrado acabó con un empujón al madrileño en el área y el consiguiente penalti. En el 0-3, otra vez Bergantiños encontró petróleo entre líneas, conectó con Raí y la asistencia de este cerró el hat trick de Miku. Si dejó su sello en los tres goles, la faceta defensiva del capitán quedó perfectamente retratada tras el partido por el propio Rubén de la Barrera: «La pausa que imprime en el juego de equipo hace que colectivamente el grupo crezca desde ese punto de vista, ocupando bien los espacios, gestionando tiempos y ritmos de juego,...».

Inédito contra el Unionistas y el Coruxo, y apenas alineado en los dos minutos finales frente al Guijuelo, el entrenador coruñés reclutó a filas del capitán, con el que comparte quinta, cuando el Deportivo corría serio riesgo de caer a las cuatro últimas posiciones del subgrupo. Pero no era el primero que arrinconaba al canterano en el banquillo, o que apenas le daba bola en los entrenamientos. Una temporada antes, Fernando Vázquez no contó con él hasta que el efecto de su llegada comenzaba a diluirse y Somma se lesionó contra el Girona. A partir de ahí, jugó como líbero defensivo (Nolaskoain y Gaku formaban en el eje del equipo) y el Dépor se enganchó a la permanencia hasta la última jornada, cuando todo se fue al traste en el atropello del caso Fuenlabrada.

Hace dos cursos, Natxo González apartó a Bergantiños de la titularidad tras un terrible mes de marzo en el que el Dépor no ganó ningún partido en casa y después de que el centrocampista cumpliese un partido de sanción. Los resultados siguieron en picado y el despido del técnico vasco derivó en que el capitán volviese al once de la mano de Martí. El Dépor se acabó enganchando por los pelos a la promoción de ascenso y desperdició tres goles para subir en la eliminatoria final contra el Mallorca, en la que el capitán no pudo jugar por un escalofriante choque con un rival que le provocó una importante lesión en la boca.

Bergantiños nunca olvidará cómo se abrió paso en el Dépor, a partir de tres temporadas de cesiones consecutivas en el Xerez, el Granada y el Nàstic. Debutante en la élite con 23 y 24 años, durante su primera experiencia fuera de A Coruña y sin haber jugado ni un solo minuto oficial con la blanquiazul, acabó resultando clave en el histórico ascenso a Primera del cuadro andaluz. Durante la recta final de un curso de suplencias para él, y con su equipo cada vez más asediado por los rivales en la cima de la clasificación, el coruñés acabó aupándose a la titularidad en doce de las catorce últimas jornadas. Ya entonces estaba meridianamente claro que ni su fútbol era el de su admirado Mauro Silva, ni el Dépor podía desaprovechar a un jugador de su inteligencia táctica. Así lo retrató Esteban Vigo, su entrenador en el Xerez, hace años para La Voz: «Es un jugador de vestuario, y para un entrenador es fantástico, porque siempre aceptó su rol».

De la suplencia a los goles al Barça

Las tres temporadas que Álex Bergantiños jugó con el Dépor en Primera entre el 2014 y el 2017 (en la 2018-19 salió cedido al Sporting) están cortadas por el mismo patrón: suplente de inicio, pero finalmente protagonista crucial para lograr la permanencia. En el curso 2014-15 las titularidades se repartían entre José Rodríguez, Juan Domínguez, Medunjanin o Wilk. Incluso llegó Borges en enero. Pero tras el primer tercio liguero se hizo con la titularidad y no la dejó más. A la campaña siguiente, solo jugó 29 minutos en once jornadas, con Borges, Mosquera, Fayçal y Domínguez como competidores, pero una lesión del tico le abrió un hueco en la alineación que ya no abandonó. En la temporada posterior, con Borges, Mosquera, Fayçal y Guilherme en el equipo, solo jugó las trece últimas jornadas, pero en su primera titularidad marcó el gol del triunfo contra el Barça (2-1) y ya no hubo quien lo apartase del once.