José Luis Martí, los experimentos y sus víctimas

TORRE DE MARATHÓN

LOF

13 abr 2019 . Actualizado a las 21:54 h.

Se estrenó José Luis Martí en El Sadar con 30 minutos para la esperanza, 60 para el nerviosismo, un experimento fallido y una exhibición de cambios que estuvieron más cerca de empeorar al equipo que de mejorarlo. Algo que parecía difícil en aquel momento.

Obviamente, un partido no puede servir para condenar a nadie, pero sí para comprobar lo mucho que le queda por aprender. En el caso del nuevo entrenador del Dépor tiene 8 semanas por delante para conocer a una plantilla que en El Sadar demostró no tener muy estudiada.

En Pamplona experimentó y se cobró algunas víctimas. La primera, Edu Expósito. La mejor noticia de la actual temporada estaba siendo la manera en la que el catalán se había adaptado al fútbol profesional. Pero Martí probó pegándolo a la banda (luego dijo que su intención era que desde allí sorprendiera por el medio) y lo hizo desaparecer.

El segundo experimento fue adelantar la defensa hasta el medio del campo. Una opción tan buena como otra cualquiera, siempre que tu portero también se sitúe mucho más adelantado y que tu defensa no esté atravesando un momento tan crítico que incluso se muestra más lenta de lo que en realidad es.

Puestos a experimentar, hizo que Quique se tirara al suelo en el momento en el que Rubén García ejecutaba el lanzamiento de falta para evitar así un disparo raso. El osasunista tiró por arriba y marcó.

Tras la decepción del Sadar, a Martí le quedan ocho semanas para seguir experimentando y, sobre todo, para conocer a su plantilla. A partir de ese momento, el play-off no entenderá de pruebas, solo de resultados. Antes, la obligación es no empeorar el trabajo de su antecesor, que dejó al equipo en puestos de fase de ascenso.