El empate a cero dejó a todos contentos. Al Dépor, porque es un punto bien trabajado y el Málaga, porque nunca se volvió loco por buscar el triunfo. Es más, a lo largo del partido los locales apenas dominaron veinte minutos: el cuarto de hora inicial y los cinco primeros de la segunda parte, cuando erró su mejor ocasión producto de un error deportivista. El resto del partido el dominio resultó alterno o con el Deportivo un puntito mejor. Así, en el cómputo general del juego me atrevería a decir que el equipo coruñés fue mejor, apenas se vio sometido por el adversario, pero en ocasiones claras, el empate se torna justo. Eso sí, no me disgustó lo que el equipo hizo, más bien me gustó.
Si antes del partido pensábamos que un punto era bueno, ahora sigo pensando lo mismo, porque el Dépor continúa a un paso del ascenso directo y no solo no pierde el golaveraje con el Malaga, sino que se ha asegurado salir vencedor en caso de triple empate con este, el Granada y el Albacete. Quedan muchos partidos, pero en una liga que está resultando tan igualada estas cuentas acabarán teniendo importancia. Al tiempo.
La imagen del equipo fue buena por momentos. Trató de dominar el partido por medio de posesiones largas, pero siempre para llegar a la portería contraria. Ahí no encontró la jugada final, la definición, ni el último pase. No hay que olvidar que el Deportivo peleó contra un rival que lleva con más puntos que él toda la temporada.
Ahora toca certificar el primer o el segundo puesto en casa. Si, como todos esperamos, suma nueve puntos en estas tres jornadas seguidas de local, debe encaramarse al ascenso directo. Ahora, solo hay que pensar en el Alcorcón será un hueso durísimo que tratará de demostrar que no fue casualidad que llegó a liderar la clasificación. Un nuevo examen para este Dépor.