Pedro Mosquera: «Carmelo del Pozo tiene un don especial»

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El capitán blanquiazul sostiene que el director deportivo sabe «encontrar el punto medio a la hora de fichar»

05 dic 2018 . Actualizado a las 00:13 h.

Pedro Mosquera (A Coruña, 1988) llevaba dos meses fuera del once y ahora encadena dos partidos como titular. Así los resume: «Las sensaciones han sido buenas. Ganamos en casa, con el campo súpercomplicado, y contra el Rayo Majadahonda tuvimos oportunidades para llevarnos los tres puntos».

-Los escenarios no parecían los mejores para volver al once.

-Han sido dos campos irregulares. Riazor estaba muy encharcado y en el Cerro había bastante barro, pero yo me adapto bien a esas situaciones.

-¿Y a su nuevo papel?

-Estoy intentando amoldarme a esa posición delante de la defensa en la que me quiere el míster. Quiere que sin balón el mediocentro esté muy cerca de los centrales para tener superioridad si el rival juega con dos delanteros. Tengo que estar pendiente de las segundas jugadas, de las ayudas a las bandas, de incrustarme entre los centrales si hay un centro lateral.

-¿Se siente cerca del nivel de su mejor época? Aquella con Víctor.

-Es una situación distinta. Entonces era un 4-4-2 claro, en el que me daban más libertad. Aquí es un juego en el que no tengo que buscar tanto el balón sino aguantar más la posición y adaptarme a los movimientos de todo el equipo. En cualquier caso, en los dos últimos partidos me he encontrado muy cómodo pese a no tener ritmo de juego.

-¿La propuesta de Natxo es muy rígida con el jugador?

-No. El sistema se mantiene siempre. El que conoce todo el mundo. Pero siendo un juego más posicional cada uno tiene sus alternativas. El futbolista puede tomar sus propias decisiones: optar por la salida de tres, adelantar un poco la posición, los interiores a veces bajan a recibir o uno baja y el otro se adelanta... El míster nos da bastante libertad dentro de su sistema.

-Y mueve bastante el once.

-Eso habla bien de la plantilla. Si un entrenador pone siempre a los mismos es porque le faltan alternativas. Lo bueno de esta plantilla es que tenemos prácticamente dos equipos. La mayoría de equipos de Segunda tienen un buen grupo de titulares y luego algún suplente que destaca. Aquí hay para hacer dos onces de alto nivel. Es positivo saber que si de verdad trabajas duro vas a entrar. Eso te mantiene enchufado.

-Y ayuda a mantener la paz en el vestuario, supongo. ¿Opina como Bergantiños que es el mejor grupo que se ha encontrado?

-Sin duda, desde que estoy aquí es el mejor. La gente ha venido con una actitud increíble, el club ha hecho hincapié en eso, y es algo que indiscutiblemente ayuda.

-¿Cuánto ha cambiado el Dépor este año? ¿Qué le parecen esas reformas a todos los niveles?

-Las cosas se están haciendo muy bien. Los cambios han sido muy buenos para el jugador. Construir la rutina aquí, desayunar siempre lo mismo, comer sano nada más terminar de entrenar... Eso parece una tontería, pero para al futbolista no es lo mismo que llegar a casa y esperar a comer a las tres.

-¿Cuánto influyeron esos cambios y la confección del plantel en su renovación? ¿Por qué sigue en el Dépor?

-Nada. No le di muchas vueltas. Le dije al club que iríamos de la mano y nada más.

-¿Pero no prestó atención a la reforma del club a la hora de tomar la decisión definitiva?

-No, no. A Carmelo lo escuchaba en las entrevistas y ruedas de prensa. Escuchaba lo que se iba a cambiar y me parecía que todo tenía sentido. Pero nada más.

-¿Cómo es Carmelo de puertas para dentro?

-Carmelo es muy trabajador, pero lo más importante es que tiene un don especial para encontrar el punto medio a la hora de fichar. El punto medio de que sea buen jugador y que además aporte dentro del vestuario. Mide muy bien esas cosas, y se nota.

-¿Y Natxo? ¿Qué tal el míster en el trato directo?

-Es un entrenador con sentido del humor, pero que sabe mantener las distancias. Una persona muy normal.

-Que trabaja el balón parado de forma peculiar. ¿Cuánto se sufre defendiendo así?

-Pues hemos mejorado un montón. En años anteriores encajábamos mucho y ahora estamos marcando bastante y recibiendo muy poco. Puede parecer que nos crean más peligro, pero la realidad no es esa; acumulando gente en el área es más complicado que pasen cosas y esas cosas tienen que ser muy precisas. El otro día ellos ejecutaron muy bien la estrategia pero tampoco.

-Le tienen mucha fe a Natxo.

-Sí. Mucha. En todo. El míster estudia muy bien al rival y al final saltamos al campo con un plan claro. Sabemos por dónde podemos hacer daño y por dónde nos lo pueden hacer.

«Ser futbolista no me ha cambiado la vida»

Como coruñés, a Mosquera le hace especial ilusión la presencia en el primer equipo de futbolistas procedentes del Fabril: «Han subido chavales excepcionales, me parece algo muy bonito poder contar con gente salida de la cantera».

-Ser coruñés le hace vivir de otra manera la situación del Dépor, pero supongo que eso también tendrá una parte negativa.

-A los coruñeses nos cuesta abstraernos del fútbol. Las conversaciones del entorno siempre van relacionadas con el Deportivo. Todo lo positivo lo vives con más alegría y lo negativo te duele más. Al final aprendes a abstraerte cuando va mal, tu familia deja de hablar del tema... A todo se aprende.

-Eso suena bien, pero ya puede entrenar duro que si luego en el campo falla un pase, eso pesa más que todo el trabajo semanal.

-Pues lo vuelves a intentar. Tengo 30 años y llevo muchos jugando al fútbol. Ha habido muchos momentos malos, pero te metes en la cabeza que si entrenas bien, las cosas saldrán bien.

-¿Cuánto bueno ha salido del descenso a Segunda?

-En la vida cuando pasan cosas malas, y a mí me han pasado a nivel personal y profesional, poco después viene alguna buena. Todo lo que sucede este año es positivo. A nivel de club, de equipo, de afición, que está otra vez enganchada... Las cosas se están haciendo muy bien.

-¿Ser capitán, por ejemplo, ha dejado de ser un mal trago? Lo digo porque ahora no parece haber problemas constantes que solucionar.

-A mí siempre me ha hecho ilusión serlo. Habremos pasado momentos buenos y malos, pero para los de aquí ser capitán siempre ha sido ilusionante.

-¿Qué se ha perdido por ser futbolista?

-Algunas cosas te pierdes, pero yo me pierdo pocas cosas. Nunca he sido de salir y la vida que hago con mi mujer es tranquila. De estar en casa, cenar fuera algún día, ir a Morás a visitar a mi abuela, comer alguna vez en casa de mi padre... A mí ser futbolista no me ha cambiado la vida.