«Pare, escuche, mire»

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Natxo involucra a sus jugadores en la busca de soluciones y el diseño de alternativas de juego

01 dic 2018 . Actualizado a las 12:50 h.

Julio Llamazares fue capaz de escribir dos enormes tomos sobre las 75 catedrales españolas siguiendo un proceso refinado mientras esperaba el tren en un paso a nivel portugués. «Allí los carteles no solo te piden detenerte cuando la barrera está bajada», explicó en la Fundación Luis Seoane cuando presentó Las rosas del sur a principios de mes, «además, te aconsejan: ‘‘pare, escute, olhe [pare, escuche, mire]’’». El método de los comboios es también el de Natxo González. Lo desgranaba Álex Bergantiños este martes durante una entrevista en Abegondo: «Antes se tendía a hacer exclusivamente lo que el entrenador dijera, y en eso siempre se pierde mucha información. Ahora, el entrenador nos escucha primero a nosotros». «Quiere que el futbolista entienda el porqué de las cosas e identifique los momentos, que no sea todo mecánico, sino que haya ese feedback y el jugador también diga si se siente cómodo, si ve alguna alternativa a la propuesta», profundizaba el capitán. El modelo ha calado en un vestuario con el espíritu gremial disparado, como reconoce el centrocampista coruñés: «Eso en este grupo es importantísimo porque al final siempre ponemos en común todas las sensaciones y es muy enriquecedor».

«Al final» abarca muchos momentos. Puede referirse al final de un partido, o al final de un entrenamiento. Incluso al final de un primer tiempo, y convertirse en el principio de un cambio de escenario tras el descanso. Las preguntas del míster alcanzan el análisis y también las posibles soluciones. Se trata de que el futbolista identifique lo ocurrido en un ejercicio o en un tramo del encuentro y que proponga vías para aprovechar una ventaja o resolver la superioridad del adversario en una zona concreta del campo. Incluso se trabajan situaciones simuladas en función del estudio del próximo rival. Al finalizar cada encuentro se recogen también las impresiones de los protagonistas. Tanto para potenciar aspectos positivos como para corregir los negativos.

Conseguir mayor implicación

Natxo González está convencido de que haciendo que el plantel participe activamente en el análisis y la tormenta de ideas se consigue una implicación mucho más alta que cuando el entrenador recurre a la imposición de su método sin preocuparse de si los jugadores lo comparten.

Quizá la prueba más evidente a ojos del espectador esté en la fórmula para la defensa de acciones a balón parado, con varios de los blanquiazules arrancando pegados a la línea de gol. «A nosotros al principio nos chocó porque era una cosa nueva», admitía Pablo Marí al referirse al momento en que el entrenador les explicó la idea. Sin embargo, el técnico aportó datos que reflejaban el éxito de la estrategia y abrió un debate que acabó convenciendo al plantel de ponerlo en práctica. «Ahora, cada semana vemos que no nos crean nada de peligro, así que llegados a este punto todo el mundo es consciente de que así nos va bien», subrayaba el central zurdo, autor del último gol blanquiazul, generado en un córner.

La validez del modelo queda registrado en el extraordinario arranque del campeonato, con el equipo en puesto de ascenso directo, pero también en la palpable unión del vestuario y en la superioridad exhibida sobre el césped, especialmente en los encuentros de casa.

Avales suficientes para que Bergantiños, el jugador más experimentado entre los deportivistas, reconozca el trabajo del míster. «Natxo ha sido una sorpresa muy buena. Tenía buenas referencias pero ha superado mis expectativas. Es un entrenador que intenta que el jugador entienda las cosas; muy actual, muy modernizado, muy hacia donde yo querría ir», expone el capitán, ya en posesión del título que le permite dirigir equipos de cualquier categoría. «Es de lo mejor que me he encontrado -prosigue-, un apasionado de la profesión, que analiza cada detalle y que da variantes y alternativas en cada partido».