Alimentar la competencia interna

José Luis Lemos

TORRE DE MARATHÓN

27 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La gestión de una plantilla viene dada no por los indiscutibles, sino precisamente por aquellos que menos participan. En el rendimiento y la implicación de estos jugadores que menos participan se ve si la situación se está llevando correctamente o no. En el caso del Dépor esta labor se puede calificar de sobresaliente. Incluso en el Teresa Herrera vimos el alto rendimiento que todo el equipo dio. Y eso es mérito del entrenador, al que la plantilla ha captado como justo y coherente en sus decisiones. Claro que el jugador quiere jugar siempre, pero en este contexto, aunque te perjudique, aceptas mejor las decisiones. Insisto: es un mérito único y exclusivo del entrenador, que ha establecido una base muy clara desde el principio, y, aunque pueda haber algún problema, siempre tiene que quedar muy claro el mensaje a la plantilla: no hay nadie indiscutible. Claro que en todos los equipos hay cinco o seis que todos saben que van a jugar siempre, pero a partir de ahí prima la meritocracia, que da posibilidades a la gente que mejor rinde. El trabajo y la implicación de cada jugador son los que marcan la competencia, y eso se ve ya desde los entrenamientos.

Es algo que Natxo ha dejado muy claro. Por ejemplo, en Almería todos reconocieron que el equipo hizo un partido regular tirando a malo, pero al siguiente partido hubo cambios en el centro del campo. Incluso en el sentido contrario: muchos pensamos que Cartabia iba a entrar de inicio allí, incluso puede que Carles Gil lo pensase así, pero al final este volvió a ser titular y solo porque el argentino se lo ganó, contra el Osasuna ya fue titular. Algo similar está sucediendo en el lateral izquierdo.

¿Qué pasará el domingo? Que llega la oportunidad para que el jugador demuestre que está ahí y que el equipo mantenga su rendimiento. Aunque entre uno que no haya jugado nada, si el equipo compite, da una buena imagen y hasta gana, todos ven que esos futbolistas están ahí para competir y se alimenta la competencia interna. Es buenísimo que nadie se vea relegado.