Al toque y desde atrás

TORRE DE MARATHÓN

SERGIO REYES

El Dépor se consolida como el que más y mejor pasa, con todos los jugadores implicados en la tarea

06 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo cinco minutos de partido en Las Palmas en los que el equipo local apenas tocó el balón. Fueron casi al final, con la coartada para los canarios de un Dépor volcado en busca del empate, pero lo cierto es que el cuero pasó por pies blanquiazules la mayor parte del encuentro, desde el pitido inicial. Solo en el último cuarto de hora del primer tiempo discutió la posesión el conjunto de Manolo Jiménez, rendido al estilo coruñés ya antes de saltar al campo. «Es el equipo que mejor fútbol está haciendo», aplaudió Alberto de la Bella al referirse al rival. En el carril opuesto, Álvaro Lemos compartía esa opinión. «Es el más vistoso de Segunda», admitió el canterano deportivista al analizar la propuesta de su ex. Una fórmula de dominio del cuero y salida al toque acentuada en Riazor (57% de posesión) pero sostenida a domicilio para un total del 55% de control del esférico solo discutido por el anfitrión del Carlos Belmonte y el Arcángel.

Fórmula implantada

En Albacete, primera jornada, aún no había cuajado la propuesta de Natxo González, asimilada ya por el plantel. «Poco a poco vamos sintiéndonos más cómodos con la idea. Jugar de cara para encontrar al hombre libre, esperar a que la presión se te acerque para liberar así al compañero hacia el que dar el pase», apuntaba hace unos días Dani Giménez en una conversación durante la que analizó el método blanquiazul y su importante papel. Es el portero el encargado de salvar la primera línea del adversario sin rifar el balón. «Creo que el equipo ha mejorado mucho en eso -sostenía el meta-, en que una vez que nos liberamos de las primeras líneas de presión del rival, atacamos más y obligamos a que el contrario se repliegue porque ve que si salvamos su presión alta podemos hacer mucho daño, sobre todo en casa, donde el campo se hace muy grande».

El precio de renunciar al pelotazo puede ser elevado, porque sortear a ras de césped el frente de ataque del oponente dispara la gravedad del error. «No somos un equipo que arriesgue muchísimo comparado por ejemplo con el Betis o el Barça, o con lo que hace el Rayo Majadahonda en Segunda», subrayaba Giménez, metido en el papel: «Desde la portería hay que intentar seguir también ese camino y yo llevo tiempo ya jugando así». Sangre fría lograda con años de práctica en escuadras de menor entidad.

Minimizar el error

«En el Alcorcón nos lo pedían bastante, aunque no estábamos muy preparado para hacerlo y muchas veces arriesgábamos de inicio para al final acabarnos metiendo otra vez atrás sin sacar provecho», detallaba el portero. Ahora el Dépor saca mayor partido de sus quiebros de infarto y sus desplazamientos en corto. «Hay que minimizar el error, evidentemente, y a veces el regate será de recurso porque no quede otra, como ocurrió en Tarragona [se exhibió con un recorte seco ante Uche]. En otras, estoy viendo de cara a los compañeros y seguro que desde fuera parece más complicado de lo que realmente es. Lo ideal es que la acción como recurso se dé lo menos posible, porque al final te puede pasar factura, y potenciarla cuando sirva para obligar a reorientar la presión del rival y generar espacios. El equipo puede salir beneficiado de eso».

Un beneficio traducido en el marcador. La cuarta plaza del conjunto de Natxo, el que menos derrotas ha sufrido en lo que va de temporada, va aparejada a las buenas sensaciones del equipo que más pases da y el que más acierta (83%) de la categoría. Balance a destacar en época de bonanza, por si llega el momento en que un error en la fórmula cuesta un gol. Dani Giménez, primer sostén de la idea, no duda: «Salir así, si se hace bien, si el portero, los centrales, el pivote... Si todos se implican, no es tanto riesgo. Claro que habrá jugadas de un mal control o de una presión perfecta del adversario. En esas ocasiones, el portero también es el que más fácil lo tiene porque le pega arriba y ya está».