Duscher: «Me da mucha bronca ver al Celta en Primera y al Dépor en Segunda»

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MÍGUEZ

El argentino disfruta de unos días en A Coruña , recuerda su pasado blanquiazul y analiza el presente del Dépor

03 oct 2018 . Actualizado a las 17:35 h.

«Cuando en el año 2000 llegué aquí, pasaron seis meses seguidos lloviendo. Y ahora, me presento en octubre y me encuentro con este sol. Era lo que le faltaba a esta ciudad para ser perfecta... Conste que cuando estaba en Sevilla, en cierta medida echaba de menos algo de lluvia». Son las once y media de la mañana y Aldo Pedro Duscher (Esquel, 1979) pasea por la plaza de Pontevedra acompañado por Tino Fernández y Carmelo del Pozo. Se despide de manera cordial. Minutos antes, había mantenido una reunión con el director deportivo en la sede del club. «Estoy haciendo una pequeña gira por los clubes en los que milité para saludar y dar a conocer mi proyecto de cuerpo técnico e ideas que tengo en el fútbol. Recién inicio una nueva etapa, con Facundo Quiroga, un analista y dos profes y es bueno hablar un poco de fútbol», explica el que fuera centrocampista blanquiazul.

- ¿Cómo ha encontrado el club?

- Me he encontrado un club consciente de lo que ha sucedido y con muchas ganas de regresar a Primera. Carmelo es una persona que entiende de esto y está dando pasos firmes pero seguros para el regreso. Ojalá que le salgan las cosas bien porque el Deportivo merece estar arriba. Por su gente. Por su historia. Hay que imponer a los jugadores el sentido de pertenencia. No puede ser que les dé lo mismo ganar que perder. El Deportivo, al menos como local, tiene que ganar siempre. Hay que meterle en la cabeza a los jugadores lo que es el Dépor. Me da mucha bronca ver al Celta en Primera y al Dépor en Segunda, cuando siempre estuvimos por encima. Siempre fuimos grandes y hay que volver a serlo. A los actuales jugadores tiene que entrarles en la cabeza la historia del Dépor. Y una vez que lo entiendan, que demuestren que pueden vestir esa camiseta. En cuanto lo hagan, la gente estará con ellos, porque nuestra afición es entregada.

- Se ve que el Duscher entrenador no ha perdido el carácter.

- Es que sin eso no hay nada. Yo recién aterrizo en esto, pues solo entrené al equipo de mi pueblo. Pero tengo claro lo que quiero. Uno puede hablar de sistemas y eso queda muy bien. Pero en el fútbol hay mucho más. Me gustan los equipos bien organizados defensivamente y luego que en ataque hagan cosas que uno ha aprendido de uno y otro entrenador, además de novedades que trata de imponer. Pero, luego mi equipo tiene que correr. Tiene que afrontar cada partido como el último. Eso lo aprendí jugando. Aquel Dépor en el que yo estuve era un enorme equipo, con estrellas, pero nadie salía del campo sin darlo todo. Y cuando perdíamos, nos íbamos mal para casa. Todos teníamos muy claro lo que había que hacer, pero cuando alguien se despistaba, había futbolistas como Djalma, Mauro, Donato... Que rápido te ponían las pilas.

- Irureta fue el entrenador que más tiempo lo dirigió, ¿qué tiene el Duscher técnico del irundarra?

-Jabo lo que tenía es que era muy observador. Le sacaba las fichas muy rápido al jugador. Yo venía de jugar siempre en una posición más avanzada y me puso de 5. Era muy listo. Veía el fútbol muy bien. Yo no jugaba mucho porque tenía a Mauro, pero aprendí mucho viendo a ese pedazo jugador. Y gracias a Jabo, y ponerme ahí, pues creo que luego seguí haciendo carrera.

- No quedan entrenadores de ese corte.

- Qué va. Ahora todos viven dentro del club. Esto ha evolucionado mucho. Llegan a las siete de la mañana y se van a la noche. Están todo el día estudiando al rival, viendo a las inferiores... No dejan nada al azar. Y yo me siento identificado.

«Tras el cabezazo de Djalma a Jabo, hubo alguna risa en el vestuario»

Aunque admite que hubo problemas, «como en cualquier vestuario», Duscher ensalza las virtudes del grupo que formaba el Dépor de Champions que él disfrutó. Lo pone como ejemplo de profesionalidad y cercanía a la afición. «Todo ha cambiado mucho. Ahora los futbolistas tienen que desayunar y comer juntos, porque el resto del tiempo están en las redes sociales y no se relacionan. Nosotros hacíamos mucha vida en común. Y vida con la ciudad. Íbamos al súper, tomábamos tapas... Mucho de eso se ha perdido y con eso la complicidad con la afición».

- ¿Cuál fue el futbolista que más le sorprendió en el Dépor?

- Djalma. En cada entrenamiento hacía algo diferente. Tenía magia, calidad y personalidad. Hacía cosas de otro planeta. Es cierto que a veces se le salía la cadena, pero era un fuera de serie.

- Como el cabezazo a Irureta.

- Bueno, sí. Pero es que.. No sé. Son cosas que pasan. No estaba jugando, era muy competitivo y la pachanga estaba picante. Entonces se lio a discutir con Melo, Jabo se metió y pasó lo que pasó.

- Ya pasaron muchos años. Desvele qué pasó en el vestuario.

- Nada fuera de lo común. Recuerdo que Djalma se reunió con el míster. A nosotros nos preocupaba la trascendencia que podía tener aquello de cara al exterior, que el ruido de fuera no desestabilizara al grupo. Pero luego, se tomó con normalidad. En los vestuarios pasan estas cosas... Incluso hubo alguna risa en el vestuario. Nada que no pase en otro lugar de trabajo en el que el jefe y un compañero discuten (se ríe él ahora también).

- A usted lo acosó la prensa inglesa.

- Fue surrealista. Tras el incidente (una entrada a Beckham, que acabó lesionado), al día siguiente me encuentro periodistas en la puerta de casa. Me persiguieron hasta el entrenamiento y allí había 20 cámaras. No me dejaron tranquilo hasta que los reuní a todos y tuve que pedir perdón público, cuando yo ya había hablado con él.