El fútbol que se juega con la mano

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Natxo González trabaja para mejorar la efectividad de los saques de banda, que se convirtieron en un grave problema para el ataque del Deportivo en el encuentro de Santo Domingo

21 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Bellvis nunca jugó en Las Palmas. Sus dos temporadas en el Tenerife fueron lo más cerca -en cuanto a distancia numérica, nada que ver con la sentimental- que estuvo de defender la camiseta del conjunto amarillo. Ese color, en la equipación del Alcorcón, es el único detalle que explica la persistencia de David Simón en entregarle la pelota al lateral alfarero en cada saque de banda a favor. Se la dio directa en el minuto 13 y el 16, y volvió a servírsela a la media hora, aunque en esa ocasión fue Carlos Fernández quien no puso el ímpetu necesario para llegar antes que el rival al balón. Son solo tres de las quince ocasiones en las que el Deportivo entregó directamente el cuero al adversario tratando de ponerlo en juego desde más allá de la línea de cal. Los errores en el fútbol con la mano penalizaron duramente al conjunto coruñés en Santo Domingo, hasta el punto de costarle una expulsión.

El origen de la segunda amarilla a Krohn-Dehli no estuvo en el carril del canario, sino en el opuesto. Tras un error del danés en el lanzamiento de falta, el balón acabó saliendo por el costado y  Caballo quiso enviarlo al césped de inmediato con el descuento encima y la desventaja en el marcador. Lo lanzó hacia atrás y el centrocampista lo dejó correr hasta que Casadesús se lo birló. El 14 reaccionó agarrando el cuero para ver la segunda amarilla y dejar al equipo en inferioridad. Despropósito número quince. Nada que no se pueda resolver en Abegondo, según sostiene el entrenador.

«Trabajamos los saques de banda como una faceta más del juego -explica Natxo González-, como hacemos con las faltas o los saques de esquina. Creemos que se trata de una faceta importante, una posesión más. El otro día, por ejemplo, tuvimos 33. Se trata de 33 posesiones, si fallas en la mitad, has regalado 16 balones».

Consiste en no regalar, y también en intentar sacar partido de la acción. Nadie ha sabido hacerlo como el Málaga, que ha fabricado tres de sus goles en un saque lateral. Para ello cuenta con un especialista. En los andaluces no es un carrilero sino el central Luis Hernández quien pone en juego la pelota y trata de hacerla volar sobre el área rival. Funcionó en Lugo (así anotó N’Diaye el 1-2), ante el Córdoba (en el 3-0 de Adrián) y, precisamente (con diana de Gustavo Blanco), frente al Alcorcón. Lo más cerca que estuvo el Dépor de sacar partido de un lanzamiento de banda en Santo Domingo fue, alcanzada la hora de encuentro, una conexión entre David Simón y Didier Moreno en la que el colombiano pidió penalti tras centrar.

Sucedió ya después de que los alfareros rebajaran la intensidad en la presión, facilitando la labor desde el otro lado de la línea del lateral canario, quien durante el primer tiempo llegó a escuchar silbidos desde la grada por su tardanza en sacar. El receptor habitual en el tramo del duelo de mayor efectividad blanquiazul fue Carles Gil, hábil en el desmarque.

En una competición tan reñida, en la que cada detalle computa, no hay suerte menor. Es difícil que el Dépor se acerque al rendimiento del Liverpool, en el que Kloop, obsesionado, ha contratado un especialista para entrenar el lanzamiento con la mano, pero Natxo trabaja en Abegondo para que no se repita lo de Alcorcón.