Con este sistema no nos ponemos de acuerdo ni con el nombre, muchos le llaman 3-5-2, o 5-3-2, pero a mí el Girona me parece más cerca de un 3-4-3, sobre todo mientras domina el balón o presiona arriba. Guardiola está utilizando este sistema, primero en el Bayern y ahora en el City, y el Chelsea lleva dos años jugando así. El problema es cuando te repliegas, porque es suicida defender con tres jugadores todo el ancho del campo. Así que unos equipos se arropan con 5 defensas y otros, con 4. Es más habitual un 5-4-1 o un 5-3-2 en defensa, en el que los huecos los tapan esos 5 jugadores. Es como se está replegando el Chelsea, por ejemplo, pero Guardiola a veces prefiere un 4-4-1-1.
En España en los años noventa muchos equipos jugaban con este esquema, pero era diferente: dos marcadores al hombre, un libre y dos carrileros. Porque aquí luego se puso de moda el juego en zona y parecía que en esta solo se podía jugar con 4 atrás. Así, mientras en España se jugaba con un 4-2-3-1 o un 4-4-2, en Europa se siguió con 3 (o 5) en defensa y ahora los equipos españoles están volviendo al 3-4-3, además de por el ejemplo del Girona, por el Chelsea, que quedó campeón con este sistema, por Guardiola, por Mourinho, que también lo utiliza.
Todos los sistemas dejan espacios y hay que buscarlos. El 3-4-3 deja espacios, no voy a decir dónde. La clave radica en el centro del campo. Un equipo con 3-4-3 juega con solo dos centrocampistas en el medio, por lo que si el rival tiene 3 ahí, ya dispone de superioridad. Al final, elegir un sistema u otro es buscar dónde el rival tiene un jugador menos y que tú trates de tener ahí uno más. El fútbol ha cambiado mucho y se estudia el sistema y cómo hacer daño al rival. Antes se miraba más cómo hacer daño al contrario, a tal o cual jugador más limitado. Ahora se ataca directamente al sistema y a los espacios.