Adrián, baja ante el Espanyol, interrumpe un curso sin lesiones en el que ha vuelto a rendir a alto nivel
21 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.«El míster no me ha dicho nada. Puso allí que era el capitán y ya». Seedorf aseguró que se lo pensaría con la almohada, y antes de enfrentarse al Betis, el sueño del holandés señaló a Adrián. El asturiano se encontró el brazalete esperándole al llegar al vestuario. No pidió explicaciones. Saltó al césped estrenando condición de líder en un equipo que acusa la falta de voz cantante, entre una pila de problemas. Si el técnico quería un paso al frente del asturiano, equivocó el tiro. El atacante se diluyó frente al conjunto verdiblanco. Ni apareció como segunda punta, la plaza asignada en el primer tiempo, ni en el extremo izquierdo al que lo enviaron tras el descanso. Días después, en Mendizorroza, sí pareció haberle cogido el truco a la fórmula del nuevo. Sostuvo, junto a Bakkali, los escasos embates blanquiazules ante la misteriosa desaparición de Andone y Lucas.
A Vitoria no llegó con el brazalete, entregado ya a Borges durante el intermedio de la primera cita de Seedorf con su parroquia. El míster equivocó la tecla, pero acertó al elegir instrumento. Señaló al futbolista más regular de una temporada que en el mejor de los casos solo servirá para dejar otra marca en el camino equivocado. Adrián apunta a baja frente al Espanyol por un problema en su rodilla. «Lesión de grado 1 en el ligamento lateral interno», sentencia el parte médico. Probable punto y aparte a la mejor racha en años del futbolista de Teverga.
Al asturiano le han perseguido los percances desde que se fue del Deportivo. Casi todo, asuntos mínimos, pero de entidad suficiente como para impedir la presencia constante del atacante. El curso pasado, por ejemplo, solo disputó con el Villarreal un encuentro completo. Fue hace un año exacto, en Anoeta. En la campaña actual, enlazó seis, su récord, hasta la visita a Mendizorroza. Habrían sido nueve de no ser por cinco minutos perdidos en su regreso al Estadio de la Cerámica. La serie de citas consecutivas en el once alcanzó en Vitoria la docena, a dos del récord personal de la 2010-2011, enfundado en la misma camiseta.
La continuidad ha sentado fenomenal a Adrián, el jugador de los coruñeses que ha participado en más goles este curso. Tres asistencias y cinco tantos. Uno crucial, en la última victoria del Deportivo, hace ya diez jornadas. Durante sus apariciones como titular ha hecho además de todo. Cinco choques ejerciendo de extremo izquierdo; tres más, como punta en ese mismo costado de un tridente; otros tantos metido a segundo delantero; dos de interior, y uno de ariete.
Acusado tantas veces de indolencia, no ha racaneado esfuerzos durante la campaña. Participativo en la transición ofensiva, pese a pecar de falta de acierto en el pase (apenas un 70% de envíos buenos), se ha convertido en recurso para la salida de los atolladeros en que acostumbra a meterse el equipo. Es, tras Celso Borges, quien más participa en las frecuentes disputas aéreas a las que obliga el balonazo. Gana más de la mitad. Segundo también al encarar al adversario con la pelota controlada: solo le supera en regates Fede Cartabia. El Dépor tiene muchas opciones de quedarse sin un puntal arriba para este viernes.