Un Dépor ingenuo, frágil y sobrado de excusas

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

27 ene 2018 . Actualizado a las 15:21 h.

Durante 80 minutos, bastaron un par de arreones de inspiración y una actitud más solidaria que la de otros días para que el Dépor tapase sus problemas bajo la alfombra del resultado. Porque el 2-0 escondía que, en realidad, le ganaba a una calamidad de rival y su fragilidad le podía matar en cualquier momento.

Se fue descosiendo el Dépor, además, en los puestos que tenía ayer más difícil remiendo. La lesión de Sidnei, la expulsión de Borges... Andone respondió entonces a la exigencia de un partido de máxima necesidad. Como una bestia. Su combatividad levantó a la grada, pero solo contagió al resto por momentos.

El empate mantiene todas las dudas sobre el Deportivo. Sigue siendo sospechoso por su falta de carácter y del otro fútbol. Un grupo con una ingenuidad preocupante para permitir un correcalles en el segundo tiempo que le podía terminar matando. Acumula demasiadas reacciones en falso el Dépor. Ratos en los que parece mejorar. Pero consume uno de sus partidos más propicios para sumar. ¿Cuándo va a emerger el equipo si siempre encuentra un motivo por el que venirse abajo?