Con el esquema de los tres mediocentros se situó mejor sobre el terreno de juego y apenas perdió cuatro balones frente a los doce del Valencia
15 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hay vida en el centro del campo del Dépor. A la conclusión de esta horrible primera vuelta, el equipo coruñés, protagonista de una trayectoria moribunda y que lo empuja hacia el descenso, ha encontrado un poco de control: solo perdió cuatro balones no forzados. Es curioso que precisamente cuando peina el mercado en busca de un mediocentro defensivo, el reflejo de esperanza llega desde el mismísimo corazón de su fútbol, ese que hasta ahora le ha llevado a competir solo a cuentagotas, a olvidarse del significado mismo de jugar en la élite y, como consecuencia, le ha empujado a las últimas posiciones de la clasificación de Primera.
Contra el Valencia juntó a tres mediocentros con tres delanteros, y actuó más convencido con el dominio, al tiempo que encontró mejores conexiones entre compañeros. La derrota volvió a desnudar sus carencias para competir, con errores individuales que afectaron a todos, pero le permite hacer las paces con su juego, quizá la única razón que le lleva a mantener la cabeza alta.
La dramática situación del Dépor en la clasificación y su mala racha de resultados, que apenas le ha brindado 4 puntos de los últimos 18, solo halla bálsamo en su capacidad para mantener el pulso del juego. Como conservó más el balón, pudo sumar más pases que en ningún otro partido en el tercio final del campo. Solo cuando derrotó al Leganés alcanzó los 248 pases en esta zona decisiva del ataque deportivista, pero en aquella ocasión había protagonizado un dominio mucho mayor sobre su adversario, por lo que la cifra del sábado es mucho más importante que aquella.
Otro dato de la concentración y solidaridad de los coruñeses elogió su trabajo defensivo. Pertrechados con la habitual línea de cuatro defensas y con sus tres mediocentros dispuestos por delante, llegó a los 16 balones interceptados. El plan funcionó hasta que el Valencia marcó el segundo. Entonces, la fe colectiva dejó paso a la ruleta rusa final que pudo acabar con un empate milagroso. No siempre se enfrentará a un rival tan poderoso. Pero este Dépor, sediento de puntos, necesita algo más que control en sus partidos.
Borges y Lucas intercambian papeles
El Deportivo-Valencia destacó a Borges como el más incisivo de los delanteros blanquiazules y a Lucas entre los mejores en los parámetros propios de los centrocampistas. El costarricense, que fue sustituido antes de la hora de partido, disparó cinco veces, más que ninguno de sus compañeros en el cómputo general, incluido un cabezazo al larguero, mientras Lucas, pieza clave en el tridente ofensivo del equipo blanquiazul, completó los 90 minutos sin un solo remate. En cambio, el atacante se destacó como el cuarto que más pases (58) dio de su equipo, al tiempo que, en su faceta más trabajadora y quizá menos brillante, hasta el que más entradas intentó (5) y el que más balones interceptó (4).