No hay obstáculos para Uxío

Pablo Varela Varela
Pablo Varela A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

EDUARDO PEREZ

Con 27 años, y en su primera incursión en la Segunda B, el lucense lidera la vanguardia del filial del Deportivo

09 dic 2017 . Actualizado a las 16:52 h.

«Espíritu de superación». La frase que ocupa el espacio de su biografía en Twitter podría resumir perfectamente lo que ha sido su vida futbolística. Y es que a sus 27 años, a Uxío Dapena Gutiérrez (Lugo, 1990) nadie le ha regalado nada. Es su primera temporada en Segunda B y, quienes le conocen bien, señalan que se había ganado a pulso una oportunidad de este calibre.

No lo dice un cualquiera, sino Noé López, todo un clásico del fútbol gallego que dijo adiós al verde a finales de la temporada pasada y que, antes, más allá de su rol como jugador, también ejercía de sensei en el vestuario de O Roxo.

El fisterrán fue testigo directo del desembarco del ariete lucense en el Cerceda desde el Atlético Arteixo en la temporada 2014/15. «Uxío, aún siendo muy joven, siempre fue alguien que creyó mucho en sí mismo. No se veía inferior a nadie. Él llegó desde dos categorías más abajo [Primera autonómica] y peleó desde el primer momento», recuerda Noé.

No faltaron trabas por el camino. Una de ellas llegó en forma de lesión durante un partido ante el As Pontes en el año 2015. Lo que inicialmente parecía una lesión de rodilla que le apartaría de los terrenos de juego durante varias semanas pasó a ser un calvario de casi trece meses tras ser diagnosticado de una rotura del ligamento cruzado anterior. Ahí fue cuando se vio de qué pasta estaba hecho el que, junto a Pinchi, es el máximo anotador del filial deportivista (4 tantos cada uno). «Cuando pasó lo de su lesión, él se desplazaba a una clínica de Ferrol todos los días, iba a trabajar a un bufete de abogados todos los días, luego venía a los entrenamientos todos los días…», cuenta Noé, que también estuvo a su lado durante ese tiempo de parón.

Noé, que ahora entrena al Fisterra de su localidad natal y sabe de buena tinta lo complicado que es hacerse con un hueco en el once de una escuadra ideada para hollar cotas más altas, reflexiona también sobre la cuestión de la edad. Ese factor fue objeto de debate cuando el Deportivo afrontó la contratación de dos jugadores más experimentados como Romay e Uxío, una táctica que también pusieron en práctica para sus filiales escuadras como Barcelona, Villarreal y Celta.

Perfecta adaptación

En el punto de mira, los ingresos a percibir en caso de un ascenso a Segunda División. Y la sensación de que firmar a más de un veterano también ayuda a fajarse en el barro de la categoría de bronce: «Sabía que iba a encajar bien. La idea de traer a gente de edad más elevada fue decisión del club, y dentro de esas posibilidades Uxío podía ser un puntal para el Fabril. Lo hizo genial durante los últimos años que estuvo en Tercera División y te puede dar ese plus de competitividad. Y también a la hora de hacer grupo, algo en lo que él siempre destaca».

No duda Noé al vincular este aspecto a su carrera previa. «Con 20 años estaba en el fútbol regional. Quién sabe a dónde podría haber llegado si se hubiesen fijado antes en él», recalca.

Miguel Figueira: «En Arteixo cogió confianza»

Miguel Figueira, actual entrenador del Bergantiños, dirigió a Uxío en su segunda campaña en el banquillo del Atlético Arteixo. De hecho, fue precisamente él quien aconsejó su fichaje: «En mi primer año en el Arteixo como técnico, en Primera Regional, nos enfrentamos al que por entonces era su equipo, el Eume. A mí me llamó la atención porque era un chico con mucha envergadura, pero que con el balón en los pies sabía qué debía hacer. Pablo Agulló [jugador del Cerceda] me comentó que era muy amigo suyo y al final de temporada lo fichamos».

No fue sencillo, y basta echar un vistazo a la trayectoria previa del ariete fabrilista para comprenderlo. Y es que el tránsito de Uxío por las categorías aficionadas del balompié autonómico sorprende precisamente por el hecho de haber pasado casi desapercibido para los clubes de élite de Galicia y, entre otros detalles, por haber jugado incluso de lateral derecho antes de su irrupción definitiva en las áreas rivales.

Figueira tiene una teoría sobre el porqué de esta explosión reciente: «Llegó muy tarde. Ha empezado a entrenarse con regularidad y con la ambición de crecer en el fútbol en una edad poco común. Hoy en día, los niños empiezan muy temprano a hacerlo en categorías inferiores, e incluso a veces llegan arriba demasiado quemados. Uxío ha ido cumpliendo etapas paulatinamente y su salto grande fue cuando pasó del Arteixo al Cerceda. Ahí es donde yo creo que él supo a ciencia cierta que podía ser futbolista. En Arteixo cogió esa confianza, ese rol de ser y saberse importante».

Margen de crecimiento

El preparador de Mazaricos, que mantiene una estupenda relación con el delantero, sostiene que Uxío aún está a tiempo de llegar más lejos en el mundo del deporte rey: «Él tiene ganas de progresar. Fuera de lo que es el fútbol, es abogado. Es un tipo inteligente y con la cabeza bien amueblada. Tiene las ideas muy claras y le hacía muchísima ilusión jugar en el Fabril. Otras personas, a sus 27 años, lo habrían mirado con otros ojos y no con esa alegría. Y sé de buena tinta que ha desechado otras ofertas que eran incluso mejores económicamente porque vio aquí su gran oportunidad».

Recuerda Figueira la incertidumbre inicial tras la lesión de rodilla del punta lucense, un horizonte que podría haberlo cambiado todo: «La primera etapa fue la más dura para él. Tardaron más de dos meses en conocer el alcance concreto de lo que le ocurría, y ahí es cuando peor se pasa».

Uxío no estuvo solo en la pugna por volver, un detalle que conviene no obviar para analizar cómo recuperó su fortaleza y estatus previo a la dolencia: «Él está bien formado, tiene una familia que le apoya y un buen grupo de amigos en su entorno. Y eso, sin duda, le ayudó a salir adelante».