Mel se la juega contra el Getafe

Alexandre Centeno Liste
alexandre centeno A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Una nueva derrota del Deportivo supondría el despido del madrileño, quien asume resignado que incluso una victoria podría no ser suficiente para seguir como entrenador blanquiazul

30 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol, en ocasiones, se convierte en un deporte cuya velocidad punta a la hora de tomar decisiones puede llegar a superar la de los bólidos de fórmula uno. Esa aceleración, que no da tiempo al respiro, es la que ha puesto la cabeza de Pepe Mel bajo la guillotina, con un verdugo aguardando el resultado de hoy ante el Getafe (13 horas, beIn Laliga) para ver si lleva a cabo le ejecución o no.

Desde el pasado lunes, el técnico madrileño está sentenciado como inquilino del banquillo de Riazor. La decisión tomada durante la tarde del primer día de la semana, y que horas después se decidió retrasar, tendrá en la mañana del sábado en el estadio municipal de Riazor la sala de vistas en la que Pepe Mel debe exhibir sus argumentos para evitar la pena capital. La carga de la prueba recae sobre el entrenador y solo la suma de los tres puntos en juego podría servir para evitar la condena.

Una amenaza con la que convive y que ha convertido la presente semana en la más difícil de las vividas desde que la pasada temporada accedió al banquillo de Riazor. «Entiendo las reglas del fútbol, de mi trabajo. Las reglas que llevan a todos los entrenadores a vivir de resultados. Estos no están siendo buenos y, más allá de si me han comunicado que podría ser mi último partido o no, solo tengo un objetivo: ganarle al Getafe», manifiesta el todavía técnico blanquiazul.

Sabe que seguirá cuestionado

Mel está cuestionado y lo sabe. Igual que sabe que los tres puntos pueden no ser suficientes para salvar el cuello. Y no lo oculta: «Cuando uno está en una situación así.... Si ganamos, que estoy seguro de que sí vamos a ganar, me la volveré a jugar contra el Eibar. Y si ganamos ese partido, me la volveré a jugar contra el Girona... Cuando uno está en una situación así queda bastante tocado. La mayor ilusión sería llegar a mayo. Pero yo sé que, aunque gane al Getafe, seguiré cuestionado», repite convencido y resignado.

Sabe que poco o nada puede hacer, más que ganar, para revertir la situación, aunque en su alegato recuerda que no todo es tan negro como reflejan los únicos cuatro puntos que aparecen en la clasificación y los quince goles encajados tras seis encuentros de Liga disputados.

Para Mel, se han perdido muchos puntos en pequeños detalles. Principalmente, en Riazor, en donde presume de haber visto un Dépor merecedor de mejores cifras: «Jugamos en Riazor. Y me tengo que ceñir a los últimos partidos en los que el equipo ha actuado como local. Un buen resumen podría ser decir que nos han matado cosas puntuales. El equipo tuvo una media hora muy buena contra la Real, buenos minutos contra el Real Madrid y jugó un buen partido frente al Alavés. Eso es lo que tiene que darnos mañana Riazor», señaló.

Es el clavo al que se aferra un Pepe Mel cuyo rostro era reflejo el viernes de la impotencia de verse fuera y no poder hacer otra cosa para remediarlo más que encomendarse a sus jugadores: «Cuando el árbitro pita, aunque sean tus hijos los que juegan, el que está fuera poco interviene. Voy a poner al equipo que creo que tengo que poner. A quien entiendo que puede competir al máximo, independientemente de si es más o menos amigo mío».

Protección para los jugadores

Confianza y protección para unos jugadores a los que trata de aislar en esta semana tan complicada para él. «La presión es para mí. Al equipo hay que dejarlo aparte». Un grupo del que Pepe Mel depende para que el 30 de septiembre del 2017 no pase a su historia personal como la de su último partido como entrenador del Deportivo. Riazor, el Getafe y el fútbol dictarán sentencia.

El técnico no ensaya en toda la semana con el once para «tener a todos conectados»

En contra de lo que viene siendo habitual cada semana desde que es entrenador del Deportivo, Pepe Mel no trabajó los días previos al encuentro con los futbolistas que formarán de inicio contra el Getafe.

Durante la semana, el entrenador formó dos grupos en los que mezcló a todos los jugadores con un único fin: «Tener a todos conectados».

«No quería que el martes ya supieran quiénes van a jugar y quiénes no. Quiero tenerlos a todos así hasta una hora y media antes del partido», explicó en la rueda de prensa previa al duelo.

Lo que sí dejó claro Mel es que, pese al ultimátum dado por el club, no va a utilizar el encuentro de este sábado para hacer experimentos desesperados en busca de salvar el puesto.

«No creo que tenga que volverme loco y hacer cosas antinaturales, que el equipo no ha hecho desde la pretemporada. No creo que sea un buen mensaje hacia el futbolista. Debemos de corregir las cosas que hemos hecho mal y fomentar las buenas, que algunas hemos hecho. Pero no es momento de locuras», sentenció en una indicación de que no variará mucho lo hecho en los últimos compromisos.