Se presentará en Riazor como colista, sin ningún gol marcado y presumiblemente con un técnico interino
19 sep 2017 . Actualizado a las 15:53 h.Todo vuelve a empezar en A Coruña. En realidad, apenas había comenzado. El pasado domingo el Alavés despidió a su joven entrenador argentino, Luis Zubeldía, (36 años, sin experiencia europea) cuando apenas se cumple el primer mes de Liga. La cuerda volvió a romperse por el cabo más débil, aunque ni los números ni las sensaciones le favorecían. El equipo vitoriano, revelación de la pasada temporada, marcha ahora último clasificado, sin un solo punto en su casillero después de no haber marcado ni un gol. Es cierto que el calendario no resultó propicio, con el Leganés y el Celta, pero también el Barça y el Villarreal, como primeros rivales, aunque la alarmante indefinición del juego acabó por laminar la poca confianza que quedaba en su trabajo.
La tarea no resultaba sencilla. El cantado adiós de Pellegrino derivó en un cambio de estilo en Mendizorroza, donde había triunfado hasta ahora (el pasado curso y también el anterior con el ascenso) un estilo defensivo, basado en el físico, el robo del balón y el fútbol directo. Salvo el portero Pacheco, todos los referentes de aquel equipo, que incluso había alcanzado la final de Copa, cambiaron de aires el pasado verano. Por supuesto, el delantero Deyverson, quien volvió a Brasil, pero también el expeditivo Feddal (ahora en el Betis), así como el pulmón de Theo en la banda izquierda y el sentido táctico Marcos Llorente en el mediocampo, ambos con minutos desde el primer momento en el Madrid.
Refuerzos
Ahora el Alavés aspira a dominar los partidos y manejar la posesión, pero los mimbres de que dispone o acaban de llegar o aún no se han adaptado. La principal apuesta defensiva, el central chileno Maripán, aún no ha debutado, así que en esta línea están jugando suplentes de la pasada campaña, como el lateral derecho Vigaray o el central Alexis, así como un interior izquierdo como lateral por esa banda, el exjugador del Lugo Pedraza.
De mediocampo hacia delante ganan las incorporaciones de última hora. Los centrocampistas llamados a marcar el estilo, Tomás Pina y Medrán, llegaron en las últimas horas del mercado, al igual que los dos delanteros que deben aportar los goles, Munir y Bojan.
Disponen de un nombre conocido y de talento, pero nada les ha salido bien en Vitoria. Y las comparaciones son odiosas. El Alavés recibía la pasada temporada 11,5 disparos por partido. En cambio, en estas cuatro primeras jornadas esta media se ha elevado hasta los 18 disparos, aunque ha encajado menos que el Dépor, siete goles. Ineficaz en la presión, muy frágil en defensa e incapaz de generar ocasiones en ataque, el 0-3 encajado frente al Villarreal colmó la paciencia de la afición, que lo silbó sin recato, y de la directiva.
En Riazor dispondrá de un entrenador interino, Javier Cabello, mano derecha del director deportivo Sergio Fernández, mientras sigue peinando el mercado en busca de inquilino para el banquillo. Javi Gracia y Karanka aparecen en todas las quinielas.