«Matar» al padre para salvarse

x. fernández / a. centeno A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Carles Gil se medirá al Villarreal de Escribá, su mentor, en un duelo entre equipos muy necesitados

14 may 2017 . Actualizado a las 19:14 h.

«Es mi padre». Con esa contundencia define Carles Gil su vínculo con Fran Escribá, técnico del próximo rival blanquiazul. Y como buen hijo, el extremo ha ido siguiendo los pasos de su progenitor deportivo a lo largo de la comunidad en la que ambos nacieron. Primero en Valencia, donde uno arrancó su carrera con el balón y el otro la que ha desarrollado en un banquillo. Allí coincidieron cuando el futbolista todavía era un benjamín que no destacaba dentro del grupo dirigido por el entonces bisoño técnico. Para cuando Gil se destapó en el club de Mestalla, ya en categoría cadete, Escribá trabajaba a las órdenes de Quique Sánchez Flores en el Benfica. El actual entrenador del Espanyol se llevó a su segundo al Atlético, donde duró dos temporadas. Disuelta la sociedad, Escribá recibió su primera oportunidad para dirigir un conjunto profesional. Cogió al Elche y lo instaló en la máxima categoría tras una campaña inmaculada. Para levantar el proyecto ilicitano se acordó de un crío que aún no era nadie cuando se separaron y lo encontró crecido en el reencuentro. «Él fue quien más apostó por mí», reconoce Carles Gil, apuntando a la etapa de su confirmación, defendiendo la franja verde.

El futbolista del Dépor resultó indispensable para los del Martínez Valero en la campaña del ascenso. Anotó cuatro goles y fue un fijo en el once durante aquella primera vuelta de récord. Recuperó el protagonismo al final de la segunda y lo mantuvo el curso siguiente, después de que el equipo diera el salto. Fue titular 29 veces, repartió tres asistencias y estrenó su cuenta goleadora entre los grandes: le marcó un gol de tres puntos al Celta.

Separados por el Valencia

El Valencia separó una temporada más tarde lo que había unido en su cantera y retuvo a Gil unos meses antes de enviarlo a Inglaterra. Pero la estrecha relación estaba consolidada y el de mañana será un reencuentro feliz entre futbolista y técnico.

También habrá buenos recuerdos de por medio si Pepe Mel opta por llevarse a Fayçal y a Mosquera al Estadio de la Cerámica. Ambos llegaron al Elche tras la salida de Carles y fueron claves en la ficticia permanencia ilicitana (el equipo acabó descendiendo en los despachos). El coruñés disputó 24 partidos desde el inicio; el francomarroquí, 29. Los dos miembros del actual plantel blanquiazul estaban enfrente cuando el Deportivo cayó goleado en el Martínez Valero.

Aquello condenó al equipo que dirigía Víctor Sánchez a sufrir por la salvación hasta la última jornada, en una agonía que ahora pretende evitar Mel en Villarreal. Allí los locales también se juegan mucho en la cita. El conjunto amarillo pelea por reafirmar su plaza en competición continental y tiene incluso unas mínimas esperanzas de acceder a la previa de la Champions. Los de casa se juegan Europa; los de fuera, salvarse. Carles Gil necesita matar las esperanzas del padre.

«Nos jugamos la vida, tenemos que ir a por ellos»

Carles Gil fue precisamente el futbolista a quien le tocó pasar ayer por la sala de prensa de Abegondo para analizar el duelo contra el Villarreal. «Está claro que ahora ya es una final. Nos jugamos la temporada. Nos restamos jugando la vida. Hay que ir a por ellos y ya está», sentenció el valenciano.

Por este motivo, cree que el equipo no debe pensar en lo que pueda suceder en Éibar, aunque confía en el conjunto armero. «Si nosotros ganamos, ya está. Mal estaríamos, si sabiendo que con una victoria nos llega, tuviéramos que estar pendientes de lo que hagan los demás. No obstante, yo confío en la profesionalidad de los jugadores del Eibar», explicó.

El atacante insistió en que «solo dependemos de nosotros y hay que creer», pero entiende que, después de tantas decepciones, a la afición le cueste un poco más confiar. «Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Lo entiendo. Pero nosotros sí que creemos y vamos a ir a Villarreal a ganar. No será fácil, pues tienen un gran equipo, que les gusta tener la pelota, pero sabemos cómo tenemos que jugarles y pienso solo en la victoria», señaló un Carles Gil que admitió que se había cruzado con Tino Fernández en las instalaciones de Abegondo, pero que asegura que el presidente no había acudido al vestuario a dar ninguna charla motivadora al equipo.

Mosquera recibe el alta y podrá estar en Villarreal

Acostumbrado a los golpes en forma de lesiones de las últimas semanas, Pepe Mel recibió ayer una buena noticia desde la enfermería blanquiazul. Pedro Mosquera obtuvo el alta y estará disponible de cara al encuentro de mañana en Villarreal. El centrocampista coruñés tenía en principio muy complicado su regreso antes del final de temporada, entre otras cosas porque se había optado por no forzar la reaparición confiando en la rápida consecución del objetivo de la permanencia, que parecía al alcance cuando Mosquera empezó a acusar con más frecuencia los problemas en el cuádriceps de la pierna derecha.

Ahora, con la salvación más en entredicho que entonces, el futbolista podrá volver a entrar en los planes de Mel, quien ha destacado en varias ocasiones la importancia que concede a la participación del coruñés.

Sidnei sigue de baja

De baja y al margen del grupo continúan Sidnei, con una lesión muscular; Luisinho, con un esguince de rodilla; y Joselu, con una pequeña rotura en el tendón de Aquiles. El brasileño es el único que tiene opciones de estar recuperado para la última jornada, cuando el Deportivo reciba en Riazor al Las Palmas. Esta semana ya realizó parte de los entrenamientos con el grupo.

Escribá: «Equipos como el Deportivo nos han complicado la vida en casa»

El entrenador del Villarreal, Fran Escribá, destacó ayer en rueda de prensa que su equipo necesita ganar los dos partidos que le quedan para competir en Europa el curso que viene. «No pensamos en la Real Sociedad y el Athletic Club porque sabemos que dependemos de nosotros y que no podemos fallar», añadió el técnico valenciano, quien reconoció que esta temporada «está todo muy igualado y lo va a estar hasta el final».

Escribá afirmó sobre el Deportivo que «es un rival que no está salvado» por lo que «llegará con la necesidad de sumar los puntos».

«Equipos como el Deportivo nos han complicado la vida en casa y, además, ellos han sido capaces de complicar partidos ante equipos bien clasificados», apuntó. «Es un partido muy complicado, el Dépor ha competido bien con equipos de arriba y tienen buena plantilla», insistió Escribá, quien recordó que la campaña pasada el conjunto gallego ya consiguió la salvación en Villarreal y que podrían «lograrlo otra vez».

«El del Athletic fue un gran partido para nosotros y ahora este es un partido parecido. Esperamos estar a ese nivel de concentración y de juego y además este el último partido en casa de la temporada, por lo que esperamos que la gente este concienciada de ello», señaló.

«Venimos de una derrota abultada en cuanto al marcador, pero no en lo anímico. Son derrotas que duelen, pero la sensación es la de que el equipo fue capaz de competir, como ha hecho en las últimas jornadas», indicó el técnico al recordar el 4-1 ante el Barcelona en el Camp Nou.

En cuanto a los posibles convocados, Escribá afirmó que «Víctor Ruiz está perfecto» y que aunque Manu Trigueros «tiene una sobrecarga» parece que «podrá jugar» y que Bruno Soriano «está mejor e incluso tiene opciones de disputar el encuentro».