Los puntos salvados por Lux en la meta y el gran momento de Mosquera, claves del resurgir del Dépor
06 mar 2017 . Actualizado a las 12:57 h.El efecto Mel consistente en correr cada balón como si fuera el último, que cada jugador confíe en sus posibilidades y dar galones a los veteranos ha contado en estos los dos encuentros que lleva al frente del Dépor con dos actores principales en la puesta en escena: Germán Lux y Pedro Mosquera.
El portero, apartado de la titularidad en la jornada diez en beneficio de Tyton y defenestrado en la Copa del Rey, regresó hace cuatro partidos con ganas de demostrar que le queda cuerda y que quiere renovar el contrato que acaba el 30 de junio. Contra el Alavés y el Leganés ya ofreció un avance de su buen momento con algunas paradas meritorias, pero contra el Atlético de Madrid y el Sporting volvió a dar puntos a un Deportivo que llevaba toda la temporada necesitado de un portero salvador.
Una oportuna mano el pasado jueves ante Ferreira Carrasco evitó el triunfo del conjunto colchonero. Ayer dio un recital de paradas, entre las que destacó, especialmente por el momento y la complejidad, la que le hizo a Traoré, y permitió al Dépor regresar de Gijón con tres puntos de oro.
Para el de Carcarañá, la importancia de su actuación la marca el éxito del equipo: «Estamos para esto, para tratar de sumar. Si en lo individual todos sumamos, en lo colectivo vamos a andar bien. Tenemos buen equipo, somos buenos jugadores», razonó el meta. «Estamos cansados, ahora a recuperar y pensar en el próximo partido», subrayó.
Y si el Poroto dio seguridad al equipo desde el área chica, Pedro Mosquera se encargó de recuperar su mejor versión, la de aquel futbolista que enamoró al deportivismo al inicio de la pasada temporada, para poner templanza y criterio en el centro del campo.
Ante el correoso Atlético del Cholo fue capaz de forzar dos córneres, interceptar un pase, hacer dos regates y meter un buen pase al área en un partido en el que sus números no son significativos de su buena labor sin balón. Sin embargo, ayer, a pesar de marcar el gol de la victoria, su actuación fue más allá y sus estadísticas sí que muestran un futbolista determinante a la hora de cortar el juego del rival. Cuatro pases interceptados y otros tantos balones robados evidencian el momento de serenidad y confianza que atraviesa el centrocampista en su regreso a la primera línea de combate.
Tercer fallo seguido de los deportivistas desde el punto de penalti
Los penaltis se revelan como asignatura pendiente en el Deportivo. Çolak falló ayer el tercero de los cinco chutados por su equipo durante esta temporada, cuando ha contado con cinco lanzadores distintos. Es más, ni él ni sus compañeros han marcado ninguno de los tres últimos que han tirado. El 5 de diciembre Babel erró frente a la Real Sociedad, aunque aprovechó el rechace para anotar el cuarto gol de su equipo en aquel partido, que acabó con el más brillante triunfo coruñés: 5-1. Al cabo de solo un par de semanas, justo antes de comenzar las vacaciones navideñas, en la vuelta de Copa contra el Betis, Joselu disparó alto, después de que el Deportivo marcase tres goles de forma consecutiva y el equipo verdiblanco recortase distancias (3-1) para mantener la emoción por la clasificación hasta el pitido del árbitro. El equipo coruñés no había vuelto a chutar una pena máxima hasta ayer.
Con anterioridad a estos, Lucas se había despedido del Dépor con el gol de penalti que dio la victoria contra el Eibar en la primera jornada. Y el 26 de noviembre Borges abrió el marcador en La Rosaleda con un gol desde los once metros en un partido que el Málaga no resolvió hasta el suspiro final (4-3).
El de ayer se convertía en el primer penalti que Çolak chutó para el Dépor. Mel se refirió ayer a la decisión de que fuese el turco su ejecutor. «Ayer (por el sábado) varios estuvieron tirando penaltis al final del entrenamiento y hablamos. Ellos son los que están animados para tirar, porque no hay un especialista. Entre ellos han decidido que es Emre. Le daremos una vuelta más», apuntó.
En A Coruña se recuerda el penalti que Çolak le había marcado al Celta el 22 de julio del 2015 en un bronco partido de pretemporada contra el Galatasaray, donde entonces militaba el mediapunta. El ahora deportivista había batido de penalti a Rubén Blanco. Había acertado a lo Panenka, es decir, había engañado al guardameta, que se había tirado hacia un lado, mientras elevaba el balón con suavidad por el centro de la portería.