De la genialidad al hundimiento

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso Lois EL TERCER TIEMPO

TORRE DE MARATHÓN

12 feb 2017 . Actualizado a las 16:16 h.

Lleva el 8 de Djalminha estampado a la espalda. Y aunque la comparación resulte forzada, tiene detalles que evocan al último auténtico brasileño que puso en pie Riazor. Emre Çolak, futbolista con aspecto de chico travieso, de los que aprendieron a jugar en la calle, pasa, regatea, cambia de ritmo y ahora también golea con tiros maravillosos. Su obra de arte en San Mamés iluminó un buen primer tiempo del Deportivo. El marcador a favor para un grupo huérfano de victorias como viajero debía serenar al equipo, centrarlo ante un guion más simple y sencillo de interpretar frente a un rival volcado que dejaría espacios. Pero a Gaizka Garitano se le volvió a venir el equipo abajo en otro desplazamiento. Casi desapareció en el segundo tiempo, evidenciando otra vez que le falta instinto ganador, ese intangible, cada vez que viaja. Mientras el Athletic apretaba con su manual clásico, empuje, pelea, llegadas por banda y juego aéreo, el Deportivo se volvía a cada minuto más vulnerable. El arreón dejó en evidencia a Navarro, desbordado por su zona, pero no es ni el único ni el principal responsable de la dimisión del equipo. Ninguna de las sustituciones ordenadas desde el banquillo cambió el ritmo del segundo acto. Navarro continuó en el campo pese a parecer incapaz de resolver las acometidas del Athletic. Y lo hizo con una tarjeta amarilla.

En la derrota del Dépor merece su cuota Melero López. Un error arbitral facilitó el 2-1. Otra afrenta que no debe impedir la autocrítica sobre los problemas lejos de Riazor tras un partido iluminado por Çolak. Fuera de casa, unos días se estrella por malos inicios que lo condicionan todo y otros por no competir cuando el partido se decide.