La primera gran noche de Andone

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Paco Rodríguez

El delantero ofreció su mejor versión en ataque y capitaneó el afán defensivo del Deportivo

07 dic 2016 . Actualizado a las 12:20 h.

Andone desmonta el mito de la naturaleza casi divina de los futbolistas. Tocados por una suerte de varita mágica, Messi, Cristiano y compañía hacen las delicias de los aficionados. Tan fácilmente marcan cifras estratosféricas de goles, levantan pasiones y desbordan las vitrinas de títulos, que parece como si todo se les hubiera dado gratuitamente. En el caso de Andone, no. Sus oportunidades -la irrupción como juvenil en el Castellón, el sello de la cantera del Villarreal, el golpe en la mesa en el Baleares, la oportunidad en el Córdoba, los 21 goles de la temporada pasada o que el Deportivo pagase 4 millones de euros por él- las ha conquistado desde el sufrimiento, el esfuerzo y acompañado de su irrefrenable deseo por triunfar como futbolista.

Su espléndido partido del lunes, el que le abrió de par en par las puertas de Riazor, olió a sudor y a linimento. Dos goles prolongaron la racha con que el delantero ha acabado por zanjar comparaciones, bajas formas y hasta lesiones. Nadie pone en duda a quien es capaz de plantear cinco duelos en solitario con el portero, marcar dos goles y participar en otros dos (peinó el córner que llegó a Sidnei en el que abrió el marcador y centró atrás en el involuntario tanto de Íñigo Martínez).

Ahora mismo, a tres días de visitar el Bernabéu (sábado, 20.45 horas, Partidazo) acumula cinco tantos en las cuatro últimas jornadas, los mismos que marcó en aquella media temporada con el Córdoba en la máxima categoría, y ya es el pichichi deportivista. Hasta ha vuelto Joselu para que de aquí en adelante ambos compartan la responsabilidad ofensiva que tanto le desgastó en el primer cuarto de Liga. Pero su peligro no se ciñó a aprovechar esos pases en profundidad que entre Çolak, Guilherme y Carles Gil le sirvieron durante los 80 minutos que jugó, sino que incordió sobremanera a una defensa que acabó forzando cuatro saques de esquina por su culpa.

Esta ingente labor ofensiva, por la que Riazor evaluará su rendimiento a final de campaña, no zanjó el desempeño que protagonizó sobre el césped. Nada menos que completó once duelos por la posesión del balón y, aunque solo ganó dos, ejerció como el primer zaguero deportivista. A su lado, Çolak llegó a los catorce y triunfó en cinco. Es más, esta tarea de desgaste de una defensa tan adelantada como la de la Real Sociedad se convirtió en la primera piedra del planteamiento táctico con que el equipo de Garitano edificó una victoria imprescindible. Los visitantes solo chutaron tres veces entre palos. Su sacrificio contagió a todos sus compañeros y dejó claro que la victoria se iba a quedar en A Coruña. Fue el protagonista de la primera gran noche del Dépor.