Quizá ayer ayudó el detalle de jugar con un brazalete distinto, con todos los colores del arcoíris. El caso es que Sidnei enderezó su titubeante primer tramo de temporada luciendo el emblema de la lucha contra la homofobia. Completó un partido impecable en defensa y abrió la lata para su equipo frente a un rival que llegaba crecido. A partir de ahí, la cita se puso de cara y todo lo que no le había funcionado al Dépor hasta hoy empezó a salir redondo. Tanto que incluso Íñigo Martínez echó una mano, fusilando involuntariamente a Ruli.
Garitano encontró al fin su estrella y todos los jugadores la fueron aprovechando por turnos. Babel cazó el rechace después de fallar desde los once metros, los palos salvaron por dos veces a Tyton en una misma jugada, y Andone volvió a ver puerta pese a errar antes hasta en tres ocasiones solo frente al portero.