El fútbol es extremista por definición. Una prueba de ello es la situación que atraviesa el Dépor tras la dolorosa derrota frente al Sevilla, acorralado por las dudas y las urgencias. Algo que hoy probablemente no estaríamos viviendo si Mateu Lahoz hubiese pitado el claro penalti sobre Andone. Hablamos de supuestos, pero si el Deportivo hubiese marcado la pena máxima y hubiese ganado el partido… ¿Cómo veríamos hoy la situación?
No es la primera equivocación arbitral en contra del Dépor en lo que llevamos de temporada, pero esperemos que sea la última. Ya van muchas y al equipo le han costado puntos: todos nos acordamos del gol anulado a Andone frente al Athletic de Bilbao o del invalidado a Babel ante el Granada. Nadie pone en duda la integridad del arbitraje, pero si la calidad. Son muchos errores y muy importantes para producirse en un campeonato que quiere ser el mejor. Imaginaros que pasaría si el Real Madrid o el Barcelona sufren una racha de arbitrajes como la que está soportando el Dépor… Se para España.
Los errores arbitrales le han quitado al Deportivo unos puntos con los que hoy disfrutaría de una posición tranquila en la tabla, sin embargo la realidad le obliga a mirar al futuro con la urgencia de sacar resultados.
Dicho todo esto, la polémica no puede esconder que al equipo le está costando encontrar su identidad. Sigue siendo muy inconstante con el balón y no acaba de recuperar la fortaleza defensiva de las primeras jornadas. En Riazor hemos visto destellos de buen fútbol, pero fuera estos se apagan y el sábado tocar jugar en Málaga, un partido muy importante para la clasificación y para la tranquilidad del deportivismo.