Su gol en el descuento rescató a un Deportivo que dominó durante casi todo el partido a un cicatero Sporting
02 oct 2016 . Actualizado a las 11:30 h.Ya se puede ir a dormir. Ryan Babel hizo bueno en un minuto su medio curso de contrato. Se ganó la renovación a 1 de octubre, sin esperar al cambio de año. Él, que pisó por fin la Liga en los estertores prematuros de una prometedora carrera, regaló a Riazor un delicioso canto del cisne con pinta de resurrección. Como mínimo, levantó y echó a andar a un conjunto que parecía empeñado en dejarse morir. Pocos equipos envejecen tan mal como este Dépor. Con cada minuto sobre el césped se le va un mes de vida y llega al final de cada choque con un pie en la tumba. Le pasó frente al Leganés y una semana más tarde ante el Atleti (con la expulsión como coartada). Volvió a suceder ayer, malgastando un ejercicio de absoluto dominio que se fue desvaneciendo para retornar solo a toque de corneta, cuando el rival había sacado partido a su cicatería. Durante ese arrebato final, Garitano volvió a tirar de su holandés errante, desembarcado en A Coruña para reclamar una plaza próxima al marco adversario. Aún no se ha hecho con ella, pero ayer dejó claro que su relación con la portería no se marchita con la distancia.
ÁLBUM: El 1x1 del Deportivo-Sporting de Gijón
Ocasiones marradas
Incapaces de abrir brecha. Cuando apareció Babel, el Sporting apenas llevaba un par de minutos sobre el campo. Los que mediaron entre el gol visitante, consumado por accidente, y el cambio. Calcando también el último choque en casa, el empate sentó como un tiro a los blanquiazules, que perdieron la brújula para no recuperarla hasta un buen rato más tarde. Por fortuna, esta vez la victoria aún seguía a tiro. Albentosa había lamentado esta semana la facilidad del equipo para desnortarse frente a las adversidades. Sigue faltando encarar el mal tiempo con pausa.
Estrategia de ida y vuelta
Grave error de marcaje. Un balón al primer palo. No le hizo falta más al adversario para sacarle los colores al Dépor desde una esquina. Garitano ha pulido el balón parado como arma, pero sigue necesitando darle una vuelta en materia defensiva. Nadie siguió a Sergio Álvarez para molestarle al menos en su remate. Fue el único lunar en la estrategia tras una exhibición ofensiva en torno a este recurso. Lo aprovechó Borges, pero antes pudieron haberlo hecho Andone o Albentosa. El laboratorio ya da al menos tantos puntos como quita.
La fantasía de Çolak
El turco marca diferencias. Garitano puso el acento en la previa en la segunda línea del Sporting, pero fue la de casa la que más ruido hizo ayer, con Çolak al mando. El turco es con diferencia el futbolista más desequilibrante de los coruñeses; con permiso de Babel, por el momento.