Babel llega persiguiendo el gol

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Cabalar | Efe

Antes de firmar por el Dépor hasta el 31 de diciembre, manifestó su deseo de volver a jugar en punta

17 sep 2016 . Actualizado a las 17:04 h.

Mucho antes de que Rafa Benítez lo condenara a habitar en un rincón, Ryan Babel fue feliz en esa isla que corona casi cualquier dibujo en la pizarra de un míster. De chaval, era el futbolista más alejado del portero de su equipo y más próximo al del rival. Delantero goleador. Habilidoso rematador de escuela holandesa al que un tal Van Basten definió de la siguiente manera: «Tiene el potencial para ser el próximo Thierry Henry. El ritmo, los movimientos, la finalización, la implicación en el juego... Está todo ahí. Si mantiene su desarrollo no hay forma de predecir a dónde podría llegar».

Nueve años después, aquel fuera de serie ha llegado al Dépor. Y lo ha hecho tras un largo peregrinar, persiguiendo el gol perdido por culpa de una serie de malentendidos, de técnicos empecinados en convertir a un ariete en hombre de banda, amparados en su velocidad y desborde. «Sigo siendo veloz», confirmaba el jueves Babel, como si tal virtud fuera un castigo. Estaba a punto de pasar el reconocimiento médico, un trámite para su físico privilegiado, y firmar un contrato hasta el 31 de diciembre que confía en estirar.

Para lograrlo necesitará hacer flashback y recuperar aquella versión que explotó durante su primera etapa en el Ajax. La del punta líder de la selección holandesa sub21 en la Eurocopa de su categoría. Hombre del partido en la final frente a Serbia, resuelta con un 4-1 en el que Babel participó con un tanto (el segundo). Después aún falló un penalti mientras Haris Medunjanin, exjugador blanquiazul, observaba desde el banquillo.

Fue la época dorada del jugador de Ámsterdam al que Ronald Koeman destapó para el primer equipo ajacied. Nunca le faltaron padrinos ni buenas palabras al último en llegar al Dépor; al menos, hasta que su camino se torció y le llevó dando bandazos al equipo reserva del Al Ain. «De la experiencia en Arabia hubo cosas positivas y negativas. Los estadios, el sorprendente nivel de los jugadores locales... Pero a los extranjeros los tratan distinto. Ellos esperaban que quedásemos campeones de la competición y no lo logramos», explicaba ayer. De aquel mal trago en Oriente Próximo lo rescató una llamada desde A Coruña. «Mi agente tuvo un primer contacto hace unos días y no lo tuve que pensar demasiado», reconocía.

El cambio de aires resulta emocionante para un futbolista que por trayectoria podría estar ya de vuelta. «Estoy muy ilusionado. Es un sueño hecho realidad jugar en la Liga», aseguraba ante las cámaras. A esa ilusión se agarró el Deportivo a la hora de reclutarlo y ponerlo al servicio de Garitano, aunque de momento sus prestaciones no lo llevarán más allá de Abegondo. Aún se tiene que rodar. «Estoy bien, en forma, aunque por ahora no para jugar partidos -detallaba ayer el holandés-. Espero estarlo en unas semanas». «Tengo suficiente experiencia, aunque siempre es difícil para un jugador no hacer pretemporada», admitía el recién fichado atacante blanquiazul.

Su nuevo equipo no le era desconocido, sobre todo por aquella época en la que un compatriota, Makaay, ejercía de ariete para los coruñeses en sus aventuras continentales. «Tenía buen nombre en Europa y un impacto enorme fuera de España», recordó ayer.

Alusión a Makaay

Babel evitó cualquier comparación con el citado hombre gol y rechazó también que esta sea la última oportunidad de relanzar su carrera -«Cada uno crea sus propias oportunidades», reflexionó-. Si ya es tarde para ser Henry, quizá no lo sea para que sobre Riazor planee la sombra de Roy: «Me crie como delantero pero por las circunstancias me colocaron en la banda izquierda. Siempre tuve la ilusión de volver a jugar como delantero y aquí se me ofrece la ocasión».