Mejor correr algún riesgo más

José M. Fernández PUNTO Y COMA

TORRE DE MARATHÓN

07 feb 2016 . Actualizado a las 19:11 h.

Si el Dépor es capaz de sacar algo positivo de un partido tan discreto, escaso de ocasiones y falto de ritmo es que realmente su potencial da para algo más que para acumular siete jornadas -nueve partidos con los dos de Copa del Rey- sin ganar. De la nada, de insulso peloteo, feo y con poco ritmo, extrajo el conjunto coruñés lo único rescatable, un gol cuando agonizaba la primera parte, fruto, una vez más, de la sociedad Luis Alberto-Lucas Pérez. Esta vez fue el coruñés el asistente tras una maniobra excepcional.

Corre el peligro el Dépor de convertirse en un equipo sin demasiadas referencias, con una pareja ofensiva con enorme talento, pero excesivamente desasistida para transformar los empates en tres puntos. El resto, un grupo con oficio al que no es fácil superar. El gol llegó en la única ocasión en todo el primer tiempo en que el conjunto coruñés movió a su rival de un lado a otro hasta que Lucas desequilibró a la zaga. Prometía eso mismo el inicio de la segunda parte, pero apenas fue un espejismo, un cuarto de hora para que el Sporting recuperara el resuello con los cambios y para el que el Dépor volviera a ser un grupo timorato, bastante más preocupado de no perder que de sumar la primera victoria del año. Y es que, una vez más, merecía la pena correr el riesgo de buscar una victoria que daba más de lo que hubiera restado una derrota.