Como anillo al dedo para el club y la ciudad

Pedro Riesco EXFUTBOLISTA DEL DEPORTIVO

TORRE DE MARATHÓN

07 dic 2015 . Actualizado a las 15:22 h.

A Lucas aún no lo he vivido desde la grada, pero con Bebeto fueron varias temporadas y era un símbolo del deportivismo que, gracias a sus goles y a que era un jugador referencia, llegó al corazón de Riazor. Y eso a pesar de ser extranjero, porque Lucas es coruñés y en este sentido se puede comparar más a Fran, pero Bebeto regresó en el 94 como campeón del mundo junto a Mauro y el Deportivo eligió a su ídolo. El caso de Lucas tiene también mucho mérito, porque dio muchas vueltas antes de volver a A Coruña y ahora está triunfando como un jugador top de la Liga. Las comparaciones son odiosas, pero con los datos en la mano se puede afirmar que Lucas está en la media de Bebeto. De este siempre comento que le hacía falta entrenar dos días, no era su fuerte entrenarse mucho. Regresaba de Brasil el jueves y con el viernes y el sábado ya estaba preparado para marcar dos. En ese sentido era como Romario, que tenían el gol por castigo. Y así un domingo tras otro. Era algo innato, talento puro, de esos jugadores que nacen. Uno de los mejores delanteros de los noventa.

Lucas es completamente diferente. Tiene un físico potente, pero también calidad a la hora de definir. Ha pasado por varias ligas antes de volver a España y destacaría su tesón y constancia, mucha constancia. Y aún tiene mucho margen de mejora. Ahora es fácil decirlo, pero lo cierto es que ha llegado en un momento idóneo al Deportivo, cuando más necesitado estaba de este tipo de ídolos para la grada y el coruñesismo. Su irrupción encaja como anillo al dedo para el club y la ciudad.