Fraguado en la cantera verdiblanca y curtido durante diez años lejos del Betis, el ídolo verdiblanco vuelve al Villamarín
23 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«A Vázquez se lo debo todo». Lo ha repetido en cualquier foro, hasta la saciedad. Joaquín comparte con Rubén Castro algo más que quinta (la del 81) y presente en verdiblanco. El padre futbolístico de ambos, y el de una larga lista de jugadores más, es un entrenador de Castrofeito que sacó petróleo en once clubes antes de llegar a Riazor. En Las Palmas parió un ariete y en Sevilla un extremo de ida vuelta que partió del Villamarín hecho un mozo para retornar ya curtido diez años después.
«Mi mayor deseo era regresar a casa», aseguró el de El Puerto de Santa María tras el baño de masas (20.000 hinchas jaleando) de su presentación. Alegre compañía para el mejor representante del beticismo de la última época. Surgido en un momento especialmente delicado para el club. «Llegué al Betis en una etapa de enormes problemas. Incluso medité si salir de ahí. Una de la grandes razones por las que me quedé fue por ver jugar a Joaquín», aseguraría Fernando Vázquez en una entrevista con El Mundo.
El desparpajo del chaval, que se estrenó en San Lázaro a los 19, se ganó al técnico. Jugó 38 partidos con el primer equipo en la temporada de su debut. Cinco más se echó de verdiblanco antes de salir hacia Mestalla, dejando 25 millones de euros en las arcas del club andaluz.
El cambio de ambiente no redujo las prestaciones del jugador, al que una afición tan difícil como la che manifestó su afecto eterno en la última visita del portuense a la capital del Turia. «Joaquín, bienvenido a Mestalla», decía la pancarta que recibió al extremo el pasado sábado en casa Lim.
La habilidad del jugador y la gracia de uno de los ocho vástagos de Aurelio y Ana encandiló también a la hinchada del Málaga (dos millones de euros pagaron por él en La Rosaleda) y de la Fiorentina, que soltó tres. Durante todo su periplo, ha mantenido la condición de titular indiscutible y con ese cartel regresa a Sevilla, 357 partidos después. «No tengo 20 años, tengo 34, no voy a decir que sea mejor jugador pero he mejorado en cosas y físicamente me encuentro muy bien». La banda derecha del Betis vuelve a ser de Joaquín.
joaquín extremo del betis