Pedro Mosquera, un eje fiable sobre el que mover al Dépor

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El mediocentro coruñés lidera al equipo en su vuelta a la competición y consolida un poderoso centro del campo

24 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

También entonces amasó el Dépor la pelota. Los donostiarras cedieron el control y los coruñeses acumularon un 60 % de inocua posesión mientras Griezmann marcaba las únicas distancias que multiplican puntos, mandando a los de casa a Segunda y colocando a los suyos en Champions.

El salto entre aquella versión blanquiazul (la de junio del 2013) y la actual trasciende al marcador y afecta a las sensaciones. Ambos proyectos (el que murió aquel día en Riazor y el que nació el sábado en la misma plaza) ofrecieron a la grada un dominio estéril frente a la Real, pero la edición moderna demostró un empaque del que careció la antigua, que contaba también con mimbres de interés.

Los de Víctor Sánchez mantuvieron al conjunto vasco lejos del área salvo pájaras puntuales e iniciaron cerca de Lux la faena creativa. Hasta allí se dejó caer varias veces Mosquera, canalizador con diferencia del juego deportivista. El coruñés estuvo a la altura de cualquier esperanza y no se escondió en su estreno. Fue el segundo futbolista que más intervino entre los 26 que saltaron al campo, solo por detrás de Sidnei, y no hubo nadie que le ganara en acierto al mover el cuero (92 % de éxito en el pase).

Pero la importancia del 5 trascendió la faceta creativa y alcanzó la de interpretación del juego en todos sus aspectos. La amarilla con la que abrió la cuenta de amonestados del curso impidió un peligroso avance de Vela en la contra que sucedió a un centro fallido de Laure desde la derecha.

Fue la única ocasión en la que Mosquera rondó esa banda, obligado por la deserción de los habituales de ese costado. Durante el resto del encuentro, el coruñés respetó la distribución de espacios. Él abarcando la siniestra y Borges la diestra. Confluyendo en el centro del campo y la frontal del área de Rulli.

Desde allí realizó el ex del Elche el segundo remate local entre palos, al borde ya del descanso, repelido por el meta rival. El tico lo había intentado diez minutos antes, pero su chut llegó sin fuerza a las manos del portero.

Dos ejemplos de una nueva suerte ofensiva, destacada por el míster en la rueda de prensa que sucedió al choque. La falta de atrevimiento desde la distancia fue un lastre el último curso. También lo predecible del juego, sin apenas cambios de orientación como los que se vieron ante la Real. Cuatro sumaron Borges y Mosquera. Todos buenos.

Lista de virtudes del nuevo eje blanquiazul a la que sumar la envergadura que permite pelear por fin balones llovidos sobre la medular.