Tras el encontronazo durante el entrenamiento matinal entre el portugués y Arribas, el entrenador prescindió por la tarde del lateral y comunicó a la plantilla que estaba en el aire su continuidad
16 ago 2015 . Actualizado a las 17:32 h.Un sábado festivo que prometía un largo fin de semana para la plantilla del Deportivo hasta el lunes se convirtió en una jornada clave que puede marcar el futuro del grupo de trabajo. Un encontronazo matinal entre Alejandro Arribas y Luisinho acabó con el entrenamiento suspendido, la convocatoria de otro de urgencia para por la tarde y el apartamiento del portugués de la disciplina blanquiazul por un período de tiempo indeterminado.
Tras la trifulca, generada a raíz de una acción del central sobre Luis Alberto, recriminada inicialmente por el gaditano, se inauguró una jornada de reuniones, toma de decisiones y Luisinho fuera de la disciplina de grupo.
Víctor Sánchez del Amo no permitió al portugués entrenarse con el resto de sus compañeros por la tarde y, ni siquiera, lo convocó para una reunión mantenida con los jugadores antes de saltar al campo. El lateral se ejercitó en solitario en el gimnasio y abandonó las instalaciones de Abegondo antes que concluyera la sesión el resto de la plantilla.
Una medida que, de momento, es por tiempo indefinido. Así se lo hizo saber Víctor a sus futbolistas, al informarles de que existe la posibilidad de que el portugués no vuelva a vestir la elástica blanquiazul. El club aún no se ha manifestado al respecto y el único comentario aparece en medio del texto que recoge la web oficial sobre el entrenamiento: «Luisinho, por decisión técnica», se quedó en el vestuario, informan desde el área de comunicación del Deportivo.
Mediación del club
La decisión final todavía no está adoptada y las próximas horas pueden ser clave. El club trata de reconducir la situación entre el entrenador y el futbolista para que la tirantez no les impida trabajar juntos. Desde la plaza de Pontevedra se busca un acercamiento para que el lunes Luisinho pueda entrenarse con el grupo pero que eso no pueda verse como que Víctor queda en una situación de debilidad. Porque en el club se ve al técnico madrileño fuerte al frente del plantel y algunas voces desde el club sostienen que la readmisión de Luisinho sería interpretada como gesto magnánimo y no de pérdida de liderazgo del entrenador.
Pero no será fácil. Según algunas fuentes, el encontronazo de ayer con Arribas ha sido la gota que colmó el vaso de la paciencia de Víctor, al que le cuesta aceptar el fuerte carácter de Luisinho, que en ocasiones le ha llevado a protagonizar algún que otro incidente con diferentes compañeros.
Varios han sido los episodios que no han gustado al entrenador blanquiazul, destacando hasta ayer dos por encima del resto. El primero tuvo lugar la temporada pasada en Elche. Tras la goleada sufrida por el Deportivo en la localidad ilicitana, Luisinho alzó la voz en el vestuario acusando a alguno de sus compañeros de falta de compromiso.
Ya en la actual campaña, el competitivo lateral portugués se vio las caras con su rival por el puesto, Fernando Navarro. Fue durante la concentración de Gran Bretaña, aunque en aquella ocasión la pugna no pasó a mayores. Pero Víctor le tenía la matrícula tomada y su enfrentamiento de ayer con Arribas podría ser el definitivo.
Un partido de máxima tensión fue el desencadenante del incidente
Si desde el primer día de pretemporada, Víctor pidió tensión a los jugadores, Arribas y Luisinho se encargaron ayer de ponerla en su grado máximo. El central madrileño y el lateral portugués juntaron cara con cara, lanzaron manos y tuvieron que ser separados por varios compañeros para que la cosa no pasara a mayores. Sucedió durante el encuentro que Sánchez del Amo dispuso en el campo principal de Abegondo, con él mismo observando en la banda y tres integrantes de su cuerpo técnico como árbitro y asistentes.
Después de varios minutos en los que la intensidad se palpaba desde la grada, con fuertes entradas y protestas a los árbitros, una acción de Arribas sobre Luis Alberto desencadenó la agria disputa.
El gaditano recriminó al madrileño la entrada y hubo cruce de miradas. No iba a más la cosa. Pero entonces apareció Luisinho, que iba en el equipo de Luis Alberto, encarándose con Arribas. Hubo cruce de reproches y ambos juntaron las caras. Y, en nada, se había montado, con Arribas respondiendo fuera de sí a una acción o comentario que no se captó del portugués.
Hizo falta la colaboración de varios compañeros para frenar al central y conducirlo hacia el vestuario, mientras dirigía voces hacia Luisinho y lo retaba a verse dentro de la caseta.
En ese momento, Víctor detuvo la sesión preparatoria, que era seguida por apenas una decena de aficionados en la grada. Y decidió convocar a los jugadores para por la tarde y así concluir la jornada de trabajo diseñada.
Laure
Sobre el incidente se manifestó al final de la sesión Laure, uno de los capitanes, que justifica el rifirrafe por la «tensión» que hay en el equipo a una semana del comienzo de la Liga.
«No le damos mucha importancia. Estas cosas pasan en los equipos cuando estás compitiendo por un puesto y quedan pocos días para el inicio de competición. Tenemos que intentar que no vuelva a pasar, pero son cosas que en caliente pasan», comentó en rueda de prensa tras el encontronazo entre Arribas y Luisinho.
Laure aseguró que «se ha hablado del tema en el vestuario y ha quedado en nada» y afirmó que es consecuencia de que «llega la competición, el entrenador tiene que decidir y todos» los futbolistas quieren «jugar», algo que es «bueno», dijo, «siempre que sea respetando a los compañeros y con actitud cívica».
«El futbolista es egoísta, quiere ganarse el puesto y hay una tensión mayor cuando empieza la competición. Es algo que hay que llevarlo de la mejor manera y respetando al grupo, al compañero», opinó.
«Todos hemos intentado que no vaya a más porque sabemos que son cosas de las que después los dos se arrepienten. Como se suele decir, donde hay confianza da asco, aquí nos conocemos todos, estaba pitando Nacho (Oria, preparador físico del equipo) y muchas veces se confunde la cercanía con una falta de respeto o de compañerismo. Esperemos que sea la última vez», sostuvo.