El hijo del Rifle llega al Fabril

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Nico Pandiani, que actúa como defensa, estará a prueba con el equipo filial

21 jul 2015 . Actualizado a las 15:49 h.

El Fabril arrancó esta mañana la pretemporada con una incorporación ilustre. Es Nico Pandiani, hijo del histórico delantero deportivista, quien ya se entrena a prueba a la espera de convencer a Manuel y firmar contrato con el club en el que su padre protagonizó algunos de sus momentos más recordados por la hinchada. En contraste con el Rifle, Nico, de 21 años, juega de defensa y ya cuenta con experiencia en Segunda B, categoría que aspira a alcanzar el filial deportivista esta campaña, pues militó en las filas del Marino de Luanco y del Atlético Baleares.

«Me surgió la oportunidad de venir aquí y no me lo pensé. Todo lo que viví en A Coruña de pequeño, con la afición y cómo quería a mi padre. Además, sabiendo que aquí tengo familia y amigos, que esta es mi segunda casa y que el club te llame es una oportunidad muy grande», comentó ayer el joven futbolista, nacido en Uruguay y que vivió su niñez en una ciudad que por aquel entonces festejaba los años de Champions del Dépor, aquella remontada al PSG o el triunfo frente al Milan.

Ahora regresa a A Coruña. «En un filial el sueño de llegar al primer equipo siempre está ahí, está a un paso y es trabajar y trabajar para que llegue la oportunidad», señaló antes de asegurar que si finalmente se incorpora al Fabril y viste la camiseta blanquiazul la presión no aumentará. «Yo siempre tengo la presión de ser el hijo de Pandiani. Yo vengo aquí como Nico, no como el hijo de Pandiani», recuerda.

GONZALO BARRAL

El jugador actúa como central diestro, aunque asegura que también se siente cómodo en cualquiera de las posiciones de defensa. «Yo siempre fui delantero, jugaba en el Montañeros con el hijo de Djalminha y la gente decía que no quería jugar contra nosotros porque estábamos los hijos de Pandiani y Djalminha. Diego jugaba de mediapunta y yo de punta, jugábamos de memoria, estábamos siempre juntos en el colegio, en mi casa o en la suya. Pero cuando me fui a Barcelona pasé a jugar en la banda y un día el lateral quería jugar de extremo, el entrenador me preguntó si podía cambiar y le dije que sin problema. Ese partido lo hice bien y me quedé de lateral todo el año, hasta que un día el central subió al A y me dijeron si podía ocupar su puesto y, mira, ahora estoy aquí con esta oportunidad que me da el Fabril. Al final, me pongan donde me pongan siempre lucho al máximo y quiero, al menos, cumplir y hacer mi trabajo. Hasta de portero, si hace falta», afirma.

Nico siguió la trayectoria del filial deportivista en la pasada fase de ascenso. «Después de lo que sufrimos con el primer equipo mi padre y yo estábamos atentos a ver si el filial subía», relata antes de reconocer que si finalmente se queda, el Fabril tendrá un nuevo seguidor desde Suiza, donde a los 39 años el Rifle sigue goleando en el Lausanne, de la segunda categoría.