A rebufo del cuarentón

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

OSCAR CELA

Manuel Pablo recae de su lesión tras exhibirse en las pruebas de resistencia

10 jul 2015 . Actualizado a las 17:01 h.

«¡Pero para, c..., que ya se terminó!». Manuel Pablo echa un rápido vistazo a su derecha y sonríe a Lopo, que ha perdido rueda y marcha ya a media vuelta de distancia; niega con la cabeza y mantiene el paso. Recorre ligero los últimos metros del repecho hasta llegar a la altura de Nacho Oria que también le pide pausa al capitán: «Manu, no te vayas muy lejos que voy a pitar». El preparador físico ha ideado otro circuito rompepiernas, con varios cambios de ritmo. Algo menos exigente que el del primer día, con esos seis kilómetros de máxima intensidad que dejaron tiesos a varios jugadores, aunque lo suficiente para que el pelotón se rompa y los blanquiazules más en forma exhiban sus virtudes.

El ejercicio arranca con el plantel dividido en grupos que acaban confluyendo en la parte más dura de la prueba, en la que llega el esperado hachazo de un habitual del rodar en solitario. No hay pretemporada, desde hace años, en la que Manuel Pablo no acabe reventando a quien aspire a hacerle sombra en las pruebas de resistencia. Esta vez es Lopo el que fuerza para alcanzar al canario y escaparse en compañía. A espaldas de ambos, se van formando grupos por zancada.

En el perseguidor, Laure invierte el tiempo de carrera en aleccionar a Saúl y Pinchi. Al madrileño le alcanza el resuello para ejercer de tutor del par de novatos y no cesa de repartir ánimos e instrucciones, mientras los chavales asienten y aceleran.

Detrás llega el pelotón, en el que marcha el líder, bien arropado. Víctor Sánchez acalla posibles motines dando ejemplo y completa el circuito arropado por varios de sus jugadores. La suya es la voz que más se escucha. «Venga, que esto es cuesta abajo y se hace solo», jalea en el terreno favorable. «El trote que sea ligero», reclama cuando Oria ordena relajar el paso. Descolgados, una decena de futbolistas -los que arrancaron algo más tarde- se apuran intentando enlazar.

La cámara de Carlos Morales, última incorporación al cuerpo técnico deportivista, registra el trajín desde el centro del recorrido del hoyo 9 del hotel balneario de Guitiriz. Como espectadores a la sombra, los fisios, el médico y varios ayudantes. Testigos del recital del veterano cuarentón. Y también de la última soflama del míster: «Eso no -le reclama a uno de sus acompañantes, que protesta en voz baja por el castigo-, imagina que hay una prórroga ahora. Vamos, que tú puedes con esto y más».

Basta con ver a Manuel Pablo, que con varios kilómetros ya en las piernas tira un último esprint para deshacerse de Lopo antes de que el preparador físico pite el final de otro día agotador. La nueva exhibición en las pruebas de resistencia acabará por pasar factura al de Arucas, obligado a interrumpir su puesta a punto tras recaer en sus problemas en un tendón. No jugará hoy.