«Todo es del color del cristal con el que se mira», reza un dicho cierto en el que falta aclarar si la panorámica es bonita o no. Esto queda a juicio del pronosticador del ese futuro que aparece con varias esquinas, alguna de ellas peligrosas?
Viene esto a cuento -un cuento muy serio- tras el batacazo sufrido frente al Celta en el mismísimo campo de Riazor, suceso que no dejan pasar por alto quienes siguen con atención el comportamiento del equipo coruñés. La verdad es que entre unos y otros va creciendo el temor, dato más que preocupante, porque en estas situaciones es obligado mantener la serenidad para terminar desterrando el pánico.
«El Deportivo siempre se ha levantado», decía ayer el deportivista Lucas, quien anunciaba que el resto de sus compañeros y él mismo se han conjurado para cambiar el rumbo del equipo y llevarlo a puestos más altos. Que lo consiga o no queda en el aire porque Lucas lo afirma tajantemente hablando para la hinchada que, teóricamente, siempre tienen abierto el baúl de las ilusiones?
Si el Deportivo regresa de Almería con algún punto, seríamos los primeros en concederle el crédito a Lucas. Los equipos en apuros, tal como le sucede al Deportivo ahora, necesitan el máximo aliento de sus seguidores quienes son los primeros en sufrir como nadie los reveses de los partidos, tal como sucedió en este encuentro de rivalidad y muy poco de un clásico derbi puesto que, lo que se dice dudas, no flotaron casi en ningún momento sobre el estadio de Riazor. El fútbol es así y, a veces, mejor.