Vive Víctor Fernández su mejor momento en la temporada. El equipo tiene 24 puntos y el descenso, a la espera del Elche-Rayo, está a seis. Algo impensable hace dos semanas.
Las cosas han cambiado y a pesar de que la vida pendular del fútbol nos puede devolver en quince días al camino del sufrimiento, todo se ve de otra manera. El Dépor ha mejorado y se han cumplido algunas de las predicciones realizadas por Víctor Fernández hace semanas. El maño siempre estuvo convencido de que la segunda vuelta blanquiazul iba a ser muy diferente. Y de momento está siendo más que diferente. Dijo que con la llegada de refuerzos, el panorama iría a mejor. Y está yendo a mejor. También afirmó que con la recuperación de Lucas, el Dépor mejoraría sustancialmente sus prestaciones ofensivas. Y Lucas lo ha corroborado. A pesar de los ocho goles recibidos ante el Real Madrid y de los cuatro ante el Sevilla, manifestó que la defensa no sería el problema y ahora mismo solo Barça y Villarreal han mantenido más veces su portería a cero.
Los coruñeses tienen un balance desastroso de 6-22 goles ante los equipos en plaza europea. En cambio, ante el resto luce un 12-12, números de equipo limitado, pero competitivo.
Puede que ni la mejoría en el juego ni, sobre todo, la escalada de resultados sean suficientes para que el técnico encuentre el cariño que se le ha negado. Los misterios del fútbol tienen estas cosas, que no siempre el mismo trabajo recibe igual reconocimiento. Víctor se equivocó lo suyo, pero pocas veces un entrenador ha trabajado con tanto recelo desde el minuto uno. Su capacidad para abstraerse de los ultimátums y de los problemas ha sido admirable. Ha resistido y a día de hoy va ganando la batalla. En las malas, soportó sin mala cara los silbidos. Y ahora, después de tantas críticas, igual procede preguntarse: ¿Y si resulta que Víctor lo ha hecho bien?