Riazor pronto aclarará dudas

TORRE DE MARATHÓN

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El domingo de hoy tiene una nota poco común para los aficionados quienes, cuando se sienten a la mesa para la comida del mediodía, serán ya conocedores de lo sucedido en ese Deportivo-Granada tan madrugador como importante es para uno y otro equipo. «Si el Granada pierde, quedará muy tocado», era el titular del artículo que ayer firmaba en este periódico un ex-entrenador del equipo granadino, Fabri González, al que faltó reconocer que otro tanto le sucedería al equipo coruñés si no es capaz de resolver la papeleta que tiene por delante.

Si ahora mismo me preguntaran qué espero que suceda en Riazor, diría que el triunfo del Deportivo, objetivo que no será fácil de alcanzar porque el rival viene con nuevo entrenador y, aunque no tiene validez el popular dicho de que «a nuevo entrenador, victoria segura», algo suelen registrar aquellos conjuntos en los que hay cambio de técnico. Abel Resino, al hacerse cargo del Granada, lo primero que hizo fue modificar el estilo de juego que el equipo practicaba con Caparrós (balón bombeado sobre el área rival) ordenando ahora jugar la pelota por raso y procurando elegir el receptor del cuero y no rifar el esférico a lo que salga.

Teóricamente, la medida impuesta por Abel es muy buena, pero lo difícil está en desarrollarla sobre el terreno frente a un rival atento a no dejar claros a sus espaldas. Esta es la dudosa cuestión que tendrá aclaración en horas próximas.