Con un ojo en enero y otro en junio

a coruña / la voz

TORRE DE MARATHÓN

El Deportivo intenta renovar a varios de los jugadores cuyos contratos están próximos a terminar

28 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La pésima situación económica por la que atraviesa del Deportivo desde hace varias temporadas multiplica el trabajo de la directiva en invierno. Más allá de buscar refuerzos que cerrar en enero, en los últimos días del año se intenta renovar a algunos de los futbolistas cuyo contrato concluye en junio y que a con el cambio de año serán libres para negociar con cualquier otro club.

Este es el caso de Juan Domínguez, convertido en un quebradero de cabeza desde hace meses. Desde la entidad blanquiazul se intenta prorrogar la vinculación del centrocampista, aunque ya hace casi un año que se anunció que las negociaciones no marchaban por buen camino. El naronés tiene algunos pretendientes que rivalizan con el Dépor (el que más ha sonado es el Sevilla, aunque también se han dirigido a su representante algunos equipos extranjeros). Mientras él sostiene que su prioridad es seguir en A Coruña (en eso insistió esta misma semana durante un acto promocional), lo cierto es que no ha habido avances importantes en este terreno.

El entendimiento con Fabricio está mucho más próximo. Aunque el meta no termina contrato hasta junio del 2016, en la plaza de Pontevedra pretenden que siga el mismo camino de Luisinho, otra de las piezas clave de esta campaña y que ya amplió su contrato hasta el 2018. Esas dos temporadas extra son las que se le ofrecen al canario, que el 31 de diciembre cumplirá 27 años.

Los casos de Lucas y Cuenca

Los mismos que tiene ya Lucas, otro de los grandes objetivos que se ha fijado la directiva deportivista. El del Barrio de las Flores apenas ha tenido oportunidad de jugar debido a las lesiones, pero su calidad está fuera de toda duda. Y precisamente, las dificultades por las que ha atravesado en este arranque de campaña podrían ser una baza importante a jugar en la contratación del extremo, cedido por el Paok.

Un razonamiento similar al que se sigue en el caso de Isaac Cuenca. El catalán es un futbolista de alto caché que llegó al Dépor para revalorizarse y poder negociar con la carta de libertad bajo el brazo el próximo verano. Sin embargo, apenas ha logrado lucir a las órdenes de Víctor Fernández y aunque eso no supone una ventaja a la hora de convencer al jugador para que continúe en el club, sí reduce la competencia.

En ambos casos (el de Lucas y el de Cuenca) la confianza en su alto nivel es máxima y se entiende que dilatar las negociaciones solo podría servir para que una reacción de ambos atacantes en esta segunda vuelta haga subir sus cachés.

La situación de Wilk

Cezary Wilk es otro que acaban contrato en junio del 2015 (firmó por dos temporadas). Su situación es quizá la más llamativa: ha pasado de prescindible a revulsivo y ha acabado ganándose la titularidad, demostrando además una gran conexión con la grada. La afición se ha enganchado al trabajo, el despliegue físico, y la humildad del polaco, que aunque ha declarado ser feliz en A Coruña, también ha afirmado asumir con naturalidad un posible cambio de aires. Por ahora, su continuidad no es prioritaria.