En ocasiones sucede que un futbolista sufre una lesión muscular y, con excesiva frecuencia, se repite. Se le hacen pruebas, se lleva un cuidado especial en la recuperación, se alargan los plazos... Pero vuelve a recaer. Es entonces -actualmente se hace antes- cuando llega el momento de examinar la boca y muchas veces nos encontramos con una infección más o menos grave o directamente con una dentadura digna de estudio.
Por fortuna, cada vez es más raro encontrar jugadores con malos hábitos higiénicos, pero en algunos casos todavía los hay. Muchas veces, el problema es una infección que, como el dolor va y viene o no es muy molesto pues el paciente no le da importancia y ahí genera el mal.
Pero también hay ocasiones en la que la deficiencia dental no es la causante directa de la lesión, pero sí indirecta. Todo el que ha sufrido un dolor de muelas sabe que por las noches no se duerme bien y eso genera un mal descanso que acaba derivando en cansancio y lesión.