Se cumplen diez meses desde que Bankia puso en venta el Valencia y quizá Mériton, la empresa de Peter Lim, esté más cerca que nunca de comprarlo. Lim es un multimillonario singapurense al que muchos consideran un hombre de paja de Jorge Mendes, el todopoderoso agente de futbolistas, representante, entre otros, de Cristiano Ronaldo y de Mourinho.
El desenlace de una negociación lenta y tortuosa (en la que incluso el presidente Amadeo Salvo habló de la posibilidad de entrar en concurso) podría llegar esta misma semana, cuando el equipo che desembarca en el estadio de Riazor. Es más, algunas fuentes señalan que todo está ya ultimado y solo faltan las firmas para dar oficialidad a la venta. En realidad, esta situación ya parecía haberse alcanzado en varias ocasiones durante las últimas semanas. El caso es que, pese a que aparentemente no hay obstáculos de importancia que dificulten el acuerdo final, la ratificación final de los contratos se demora.
Se sigue negociando cómo va a ser la vida y las relaciones entre el nuevo Valencia y Bankia, en virtud de los 300 millones de euros que el club adeuda a la entidad financiera en créditos. Después de la adquisición efectiva el empresario desea tener las manos libres y total autonomía en el club, mientras Bankia insiste en seguir ejerciendo una especie de tutela.
Otros desencuentros que están retrasando la venta estriban en la compra del nuevo estadio. El Valencia está construyendo un gran coliseo que Lim se comprometió a comprar por 150 millones, si en un plazo de dos años ningún otro inversor lo adquiría. Con las nuevas condiciones, aseguró que el campo estaría terminado antes del 2019. Su intención era vender o traspasar posteriormente el nuevo campo a otra empresa, un punto clave en su plan de negocio. El empresario quiere disponer sin ataduras de ese dinero, pero Bankia insiste en que se dedique a rebajar la deuda del club.
En el acuerdo de compra del Valencia se incluye que Mériton prestará 100 millones de euros al club, un dinero que está obligado a devolver a un interés de Euríbor +2 en un plazo de cuatro años. Bankia entiende que, si atiende esta petición, Lim recuperará lo invertido en un corto espacio de tiempo, mientras que la entidad financiera tendrá que esperar quince años para cobrar los créditos que mantiene.