Un grano no hace granero, pero...

TORRE DE MARATHÓN

29 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Un solo jugador no hace equipo», afirmación escuchada frecuentemente en el fútbol. Nunca lo discutí pero, frente a la Ponferradina hubo motivos para las dudas, recordando aquel viejo temor de Hilario Marrero porque le faltaba Acuña en un partido que había que ganar. Y se ganó.

Sucedió que frente a la Ponferradina, vencedora sin discusión, influyó decisivamente la actuación de un solo jugador que revolucionó su equipo inclinando el marcador de su lado. Fue Yuri, conductor del equipo berciano y que destacó cien codos por encima del mejor de los dos equipos. ¿Decidió el brasileño de la Ponferradina, que también destacó en ayuda de sus compañeros, la suerte del partido? Aquellos que siguieron el juego en directo o a través de la tele, no tendrán la menor duda de que fue así.

Entre los más veteranos aficionados, seguro que hay divisiones a la hora de responder a la pregunta planteada: «¿Puede un solo jugador los problemas del equipo que defiende?» La respuesta dice que «eso nadie lo sabe», para agregar que «todos los problemas, no, pero sí la mayoría». Seguro que coincidirán aquellos con buena memoria que vieron jugar a Chacho, Acuña, Cuqui Bienzobas sin llegar a los Amancio, Veloso, Zubieta, Pellicer, Pahíño, Luis Suárez o Bebeto del que Toshack decía: «Bebeto marca un gol cuando el equipo más lo necesita». Esa es la importancia y el valor que tiene contar con un futbolista de excepción, capaz de resolver los problemas que suelen planteársele a su equipo.