Un punto más, una jornada menos. Sumar 13 puntos de los últimos quince en juego supone un botín muy superior a lo que cualquiera podría esperar de un equipo que solo había conseguido tres victorias en las 27 jornadas anteriores. Las cuatro victorias consecutivas sirvieron para que el cuadro coruñés reconquistara el derecho a seguir compitiendo y convirtiera la permanencia en un asunto propio. Y así sigue siendo después de sumar un punto que será mejor en la medida en que se le añada algún otro en las dos próximas jornadas.
El Dépor se encontró ayer con un equipo que le superó en juego, ocasiones y posesión. Aún así, y pese a estar a merced de su rival durante buena parte de los noventa minutos, no le perdió la cara al encuentro, le cedió terreno al Athletic y aprovechó la única ocasión de que dispuso. Una visión práctica que se corresponde con la entrada de Assunção por Valerón mediada la segunda parte. Ante el riesgo de perder los tres, mejor conservar uno. Como, al menos hasta hoy, la jornada no ha sido mejor para ninguno de sus rivales directos, el Dépor ha ganado una semana. La permanencia no se podía sellar a falta de seis partidos y el panorama tampoco se aclarará en las dos próximas, después de que visite al Betis y reciba al Atlético.
Lo más preocupante es que ayer, frente a un Athletic que acostumbra a obsequiar a su rival con un par de regalos cada jornada, apenas generó más peligro que el que supuso el tanto de Bruno Gama -después de una temporada gris ha marcado en los tres últimos partidos- y que fue incapaz de tapar la sangría que los hombres de Bielsa le provocaron en su flanco izquierdo, una herida a la que el descanso tampoco puso remedio. Pero, sobre todo, la evidencia de que el Dépor necesita al Abel Aguilar de las últimas jornadas.