Quiere recuperar las buenas sensaciones del pasado sábado para sumar una victoria obligada
02 mar 2013 . Actualizado a las 17:03 h.La cuarta victoria de la temporada no puede tardar más para un Dépor en el que la afición ha vuelto a creer. «Ahora o nunca», rezaba ayer una pancarta en el acceso a los vestuarios de Abegondo. Quizá no solo se refiera la imperiosa obligación de derrotar al Rayo para reengancharse a la Liga, sino a la vigencia de la marea de ilusión que ha regresado al entorno del equipo, pese a la derrota el pasado sábado.
Como el fútbol palpita a partir de los estados de ánimo, Riazor se agarra a aquel espléndido primer tiempo frente al Madrid para albergar las últimas esperanzas de seguir en Primera. El camino está trazado: la sobriedad defensiva, unida al trabajo y al compañerismo extremos, dará como resultado el triunfo. No hay otra manera de encarar el futuro. Si no se gana hoy, de nada valdrá que en el calendario aún queden otras doce jornadas. Si la victoria no se queda en A Coruña contra el Rayo, poco importarán las matemáticas, que sitúan la permanencia a nueve puntos. Si la trayectoria del 2013 sigue repleta de derrotas, también Fernando Vázquez deberá reconocer que no ha dado con la tecla de su vestuario.
Por eso esta tarde no se disputa tres puntos más. En el fondo, el Dépor decide si quiere que el «sí, se puede», cantado a pleno pulmón por todo el estadio al término del partido del pasado sábado, se convierta en el punto de partida de una trepidante aventura por la permanencia, o en el último grito de una afición desesperada.
Apuesta
Quizá con este afán de revivir sensaciones tan poco disfrutadas esta temporada, el entrenador volverá a alinear a diez de los once futbolistas que saltaron de inicio contra los blancos. La única novedad será la inclusión de Zé Castro, lesionado entonces y que ocupará el puesto de Kaká, ahora en la enfermería. No se lo perderá Silvio, quien fue sustituido en los primeros minutos por un golpe, ni Valerón, quien no jugaba dos partidos seguidos de titular desde diciembre. El rostro del Rayo, que tras cuatro victorias consecutivas llega a Riazor con solo dos en las seis últimas jornadas, es el de su técnico, el que fue defensa del Dépor Paco Jémez.