Lendoiro arrastra al Dépor hacia la tragedia

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

TORRE DE MARATHÓN

19 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lendoiro lleva al Deportivo camino de la tragedia. Ayer, una vez más, evidenció lo poco que le importan los accionistas, aficionados y, sobre todo, la verdad. Primero, se preocupó de impedir la presencia de los periodistas de La Voz de Galicia para evitar preguntas incómodas. Y después se animó a buscar todas las coartadas del mundo para eludir su responsabilidad en la ruina del Dépor.

Montó un teatrillo para preparar la entrada en concurso de acreedores, y volvió a presionar a Hacienda para que acceda a levantar los embargos sin ofrecer garantías para el pago de la deuda. Y recurrió al populismo barato al decir que solo pide el mismo trato que se dio a otros clubes gallegos. Sin duda, hablaba del Celta, aunque también podría referirse al Ourense. Pero omitió, y no ingenuamente, un pequeño dato: que tanto uno como otro se acogieron a la Ley Concursal y que en el desarrollo del proceso, ya con tutela judicial de por medio, es cuando se alcanzaron los acuerdos.

También eludió cuantificar la deuda con la Agencia Tributaria, algo fundamental para saber de qué estamos hablando y por qué Hacienda ha embargado todos los ingresos del Deportivo. Este periódico informó recientemente que el débito con el fisco superaba actualmente los setenta millones de euros, es decir, más de doce mil millones de pesetas. Las explicaciones de Lendoiro fueron tan peregrinas que dibujaron la figura de un dirigente con el argumentario vacío, superado por la realidad, incapaz de encontrar soluciones y que toma el pelo sin rubor a todo el deportivismo.

Lo peor de todo es la peligrosa asociación que está realizando. Está ligando su futuro y el del Deportivo como si fueran la misma cosa, sin reflexionar sobre los perjuicios que está ocasionando a la entidad con su forma de hacer las cosas y si nadie lo remedia se llevará por delante más de cien años de historia.

Llegado ese momento, la culpa será de Hacienda, de los medios, de los bancos, del Gobierno, de la Liga, de la Federación, de la FIFA, de la UEFA y hasta de los propios accionistas del Deportivo. De todos, menos de él.