El técnico reacciona mal cada vez que se cuestiona el juego del lateral
20 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.«Parece que han fichado un buen lateral para mi banda». Un día después de perder el Teresa Herrera, Filipe Luis acudió a los campos de Abegondo a entrenar con el Atlético. Terminada la sesión, pasó un rato charlando con los periodistas y destacó el trabajo del último candidato a ocupar un puesto maldito en el Dépor desde su salida al Calderón. Aquella temporada (la 2009 - 2010), Bryan Angulo llegó para discutirle algún minuto a Filipe y prepararse para relevarlo cuando se fuera con los colchoneros. Pero el colombiano se rompió el ligamento cruzado de su rodilla izquierda y apenas participó en dos encuentros antes de marcharse al Rayo.
En su lugar llegaron Claudio Morel y Knut Olav Rindaroy. El internacional paraguayo también fue víctima de las lesiones y apenas jugó quince partidos en la campaña del descenso. La participación del noruego fue todavía más escasa: sin nivel para la Liga española, en enero se volvió a su país. Morel siguió en el Dépor y aunque Oltra le anunció que no contaría con él en Segunda, el pobre rendimiento de Ayoze le llevó a saltar al campo en 18 choques ligueros. Tres menos que el canario, que empezó siendo titular indiscutible, y que ya no recuperó el puesto tras lesionarse. El discreto papel de los especialistas en esa banda propició que Manuel Pablo, Seoane y Laure cambiaran de orilla para ofrecer alternativas.
Y entonces llegó Evaldo Fabiano. Un brasileño de 30 años que había brillado en el Braga antes de que el Sporting de Lisboa pagara tres millones de euros para contratarlo por cuatro años. Acabado el segundo, los de la capital lusa optaron por enviarlo cedido a Riazor, donde estaba llamado a marcar diferencias en el retorno del Dépor a Primera.
Errores en el Pizjuán
La pretemporada, con Ayoze lesionado, no sirvió a Evaldo para refrendar las referencias. Contra el Sevilla, próximo rival blanquiazul, vio como Navas lo retrataba una y otra vez en uno de los amistosos de preparación más exigentes disputado por los de Oltra. En el otro duelo de alto nivel, el brasileño se midió a su compatriota y predecesor en el puesto. Aquella cita del Teresa Herrera frente al Atlético, permitió ver que el del brasileño iba a ser un tema sensible para el técnico deportivista.
En la rueda de prensa, el de Catarroja se enojó ante una pregunta sobre la fragilidad defensiva del equipo y negó con contundencia que fuera a llegar un nuevo zaguero para reforzar la plantilla -«Tengo tres laterales derechos, dos laterales izquierdos y cuatro centrales y tú me preguntas si ficharía a un central. La respuesta es no»-.
Este refuerzo (Tiago Pinto) aterrizó en A Coruña solo dos semanas más tarde, precisamente como alternativa para el lateral zurdo. Una jornada antes, Evaldo había dejado una imagen insólita al golpearse varias veces la cabeza con la mano abierta tras el tanto de Feghouli para el Valencia. El turco había pillado descolocado al defensor que en el mismo encuentro facilitó otro gol rival al tirar mal la línea de fuera de juego. Cuatro días después de ese partido, Oltra afirmaba en rueda de prensa que su jugador no había «matado a nadie» y que tenía «un nivel muy alto».
Pero la vocación ofensiva del ex del Sporting de Lisboa volvió darle algún disgusto en el siguiente duelo, con el Getafe. Pedro León, probablemente el extremo más lento de la Liga, encontró muchas facilidades a la espalda del zaguero. En la sala de prensa, el técnico defendió a Evaldo. «Ha estado muy bien», aseguró antes de dejar perplejos a los periodistas afirmando que no recordaba haber dicho que no necesitaba más defensas.
Pero la reacción más sorprendente llegó tras el choque de Los Cármenes. Oltra demostró que ni siquiera la buena racha de resultados del equipo evita sus reacciones furibundas ante cuestiones comprometidas. En Granada, dio por terminada la ronda de preguntas de modo abrupto cuando se puso en duda el rendimiento del lateral brasileño: «¿Crees que ha hecho un mal partido? -le espetó al periodista-. Pues discrepamos totalmente y no tengo más que decir». Sí dijo más en la zona mixta: increpó a dos informadores por permitirse dudar de las cualidades del futbolista. Al míster le duele Evaldo.