Ya no hace falta esconder esos regalos de dudoso gusto (llamados «pongos») que no sabe dónde poner. La última moda, es subastarlos en una feria.
19 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.¿Quién no se ha preguntado alguna vez, tras recibir un regalo de dudoso gusto, pero dónde lo pongo? Pues de esa pregunta tan corriente y habitual ha surgido una nueva palabra no normativa, el llamado «pongo». Define a aquellos objetos recibidos en muchas bodas, comuniones o fiestas de guardar que no se sabe qué hacer con ellos ni, por supuesto, dónde ponerlos. Esos recuerdos de viajes, gangas o regalos de la tía Lola siempre han estado guardados en cajones escondidos hasta el día en el que los ofrecía venía a tu casa de visita. Ahora, la última moda, es la de celebrar ferias y subastas para intercambiarlos y para deshacerse de ellos sin herir los sentimientos de la persona que los regaló. Una de las más famosas se celebró el pasado mes de marzo en Barcelona. Hubo una exposición y una jornada de intercambio en la que los jarrones chinos del todo a cien fueron unos de los grandes reclamos. Por el momento se desconoce si se universalizará esta tendencia y las muestras de pongos llegarán a cada ciudad.