Valentina, ganadora de «MasterChef Junior»: «De mayor sigo queriendo ser actriz, pero cocinando a tope para ser una gran chef»
TELEVISIÓN
Aunó en su propuesta para el duelo sus tres pasiones, su amor por su familia, su tierra natal (Sant Boi de Llobregat) y su pasión por el teatro
11 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Valentina se coronó la pasada noche del jueves en La 1 como la ganadora de la undécima edición de MasterChef Junior. Con tan solo nueve años, dejó atónitos los tres miembros del jurado y al invitado de la final, Dabiz Muñoz, que aseguró que su menú tenía «personalidad y una profundidad de sabores que emociona».
Muy contenta, la pequeña vencedora asegura que vivió «todos los programas muy intensamente, dándolo todo de mí. Cuando entré por la puerta de MasterChef en ningún momento pensé que iba a ganar. Había mucha competencia entre los compañeros, pero luego cuando ya me dieron la chaquetilla y estaba en el duelo y todo, pensé, oye, ¿y por qué no? Que puedo ganar si lo doy todo.
El menú de la gran final, en la que se enfrentó a Ana, de doce años, obtuvo las alabanzas de los miembros del jurado. Pepe Rodríguez lo calificó como «arriesgado y espectacular»; Samantha Vallejo-Nájera dijo que no parecía «el plato de una niña» y Jordi Cruz calificó su entrante como «un plato para recordar, lleno de sensaciones y respeto al producto».
Valentina aunó en su propuesta para el duelo sus tres pasiones, su amor por su familia, su tierra natal (Sant Boi de Llobregat) y su pasión por el teatro. Preparó un corazón de alcachofa a la brasa confitada acompañado de tartar de langostinos con shichimi togarashi, polvo de romescu, perlas de limón y espuma de beicon como entrante; y una lubina a baja temperatura con escabeche texturizado, emulsión de cilantro y tortilla de camarones (que representaba un telón del teatro y la pieza de pescado la obra que se esconde cuando se alza), como plato principal. Para el postre, Valentina presentó una namelaka de té matcha con galleta de lima y cinco especias chinas, acompañada de algodón de azúcar y moras. Este cierre delicado y poético evocó la tierra mojada y los paisajes de montaña de Puigcerdà, donde sus padres tienen una caravana. «Mezclé Sant Boi y mi pasión por el teatro», apostilla.
Sobre si prefiere cuando sea mayor dedicarse al teatro o a la cocina, asegura que «Yo sigo queriendo ser actriz, lo tengo muy claro, pero cocinando a tope y aprendiendo muchísimo de cocina para ser una gran chef». De su paso por el concurso se queda «la gran experiencia vivida».