Sin orgullo ni satisfacción

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

TELEVISIÓN

26 dic 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Por qué algunas cosas del pasado surgen con precisión fotográfica? Se preguntaba el último premio Nobel de literatura, Patrick Modiano, en una de sus mejores obras, la fascinante novela Calle de las tiendas oscuras. Y también podría decir lo mismo el rey Felipe, que debutó anteayer en la antesala del prime time de la Nochebuena,  justo cuando el tiempo en España se detenía alrededor de una legión de mesas, conforme una tradición que sobrevive a la cada vez más pronunciada aconfesionalidad de la sociedad.  

La gran esperanza blanca de los borbones solo podía aspirar a una cosa con su discurso de Nochebuena: a empatar, pero no a epatar; a callar, pero no a pisar ningún callo. Fueron muchos años de tradición, orgullo, satisfacción y -finalmente- decepción y hastío con la engolada homilía navideña de su padre, el tardío Juan Carlos I. Son muchos y mayúsculos los escándalos que amenazan el futuro de la monarquía. Y serán innumerables las tormentas que sacudirán en los próximos meses el sistema político nacido de la transición, un gran invento hace cuarenta años, un corsé enferruxado, demasiado constrictor para el mundo frenético, cimbreante e infoxicador en el que vivimos hoy. Y en el que, por supuesto, hay que «cortar la corrupción de raíz, sin contemplaciones». De acuerdo, majestad. ¿Caiga quien caiga? ¿Con precisión fotográfica? Tal vez. ¿Siendo trending topic? Seguro.