«'Ímolo ver' fue algo anecdótico en mi carrera»

La Voz

TELEVISIÓN

03 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Manuel Torreiglesias sigue volcado en el mundo de la salud y la divulgación médica en su nuevo programa de Intereconomía, pero tratando de aportar cosas que hagan su espacio más entretenidos al público.

-En su primer programa de «+ Vivir saludablemente» tuvieron la original idea de hacer un chequeo en directo al actor Arturo Fernández...

-Sí, y esta semana se lo hicimos a Sancho Gracia. Todos los lunes tendremos a un personaje de relieve para que nos cuente sus experiencias en la salud. Arturo está muy sano, las pruebas que le hicimos (tensión, colesterol, azúcar en sangre, densitometría ósea?) le dieron un notable, y eso que tiene ya 82 años. Sancho, que solo tiene un pulmón a causa del cáncer que superó hace unos años, tuvo también unos resultados espectaculares. Recomiendo que todo el mundo se haga dos chequeos al año. Ese es el objetivo de esta sección, animar a la gente a que se haga revisiones regularmente para coger los problemas cuando aún tienen solución. Tanto Arturo como Sancho se fueron encantados, fue en ambos casos una hora amorosa y disfrutona.

-Usted pasó una buena temporada en la televisión autonómica gallega

-Sí, hice dos proyectos en TVG, Boa saúde y Meigas fóra , que funcionaron muy bien. Incluso me concedieron el Premio Galego da Saúde.

-Siempre dentro del ámbito de la salud. ¿No se planteó, tras su salida de TVE, cambiar de campo, como el programa deportivo que presentó también en TVG, «Ímolo ver»?

-[Risas] Ímolo ver fue algo anecdótico en mi carrera. Mis dos programas anteriores habían tenido mucho éxito, pero por motivos políticos se cuestionó mi trabajo, y por eso la única oportunidad que se me dio para hacer algo fue esa idea, que propuse, pero no con la intención de llevarla yo a cabo. Consistía en juntar a las aficiones de los equipo gallegos para comentar la jornada, con un planteamiento más sociológico que deportivo. Pero fue una utopía. Me habría gustado seguir trabajando en Galicia, pero no funcionó y lo acepté, y a los cinco programas decidí dejarlo. Creó además una cierta susceptibilidad, totalmente lógica, en los compañeros de deportes, pero fue prácticamente una imposición. Era hacer eso o no hacer nada.